El chifonier, la cajonera para tener cerca lo importante

El chifonier, un mueble auxiliar que se caracteriza por ser alto y estrecho, se utiliza para guardar las prendas de uso cotidiano
Por EROSKI Consumer 30 de octubre de 2007
Img chifonier
Imagen: torrobaysalado

El chifonier se utiliza como un complemento para el resto de muebles destinados a guardar la ropa: armarios y cómodas. Su principal característica es el formato vertical. En su origen se destinaba para trapos y prendas muy arrugadas. De ese empleo deriva su nombre. En la actualidad, se utiliza para guardar la ropa de empleo más común en el día a día.

El chifonier, un mueble especial

El chifonier es un tipo de cajonera cuya característica especial es su forma: de corte vertical, alta y más bien estrecha. Esto la distingue de la cómoda y otros muebles similares. Se considera un complemento para el armario, ya que su función, en teoría, consiste en guardar la ropa de uso cotidiano. De hecho, según la tradición, los chifonieres debían tener siete cajones: uno para cada día de la semana.

La parte superior del chifonier es una superficie idónea para colocar adornos, fotos u otros objetos de decoración. Está claro que, si bien se define como un mueble alto, no puede ser tan alto que resulte difícil alcanzar el cajón superior, ni siquiera la superficie más elevada. Se debe considerar siempre la estatura de las personas que lo utilicen, pero un chifonier no debería superar 1,60 metros de altura.

Además de los distintos estilos en relación con acabados, diseños, colores, tipo de madera, etc., una variedad importante responde al tamaño de los cajones. Estos pueden ser todos iguales o no. En muchas ocasiones, el cajón inferior es más grande que los demás, destinado a guardar zapatos u otros calzados; en otras, el cajón superior, o los dos o tres anteriores, son más pequeños, con el fin de guardar en ellos prendas u objetos más pequeños, como ropa interior, lencería, etc.

La parte superior del chifonier es una superficie idónea para colocar adornos, fotos u otros objetos de decoración

En algunos modelos de chifonieres, en el hueco donde debería estar el cajón superior, se colocan dos cajones con la mitad de ancho que los inferiores. Una variante consiste en que todos los huecos del chifonier alberguen dos cajones. De esta manera, el chifonier podría tener hasta catorce cajones. Este modelo es difícil de conseguir y su utilidad resulta discutible, pero si se desea conseguir por motivos de decoración o gusto personal, bastará con buscar en tiendas especializadas o encargarlo en una carpintería.

Fabricar un chifonier

En las tiendas y grandes superficies dedicadas a la venta de muebles baratos es cada vez más común el modelo «ármelo usted mismo», frente al «hágalo usted mismo». Si de todos modos el aficionado al bricolaje desea construir su propio chifonier, debe saber que no es una tarea difícil.

Lo primero es diseñar sobre el papel el mueble que se quiere fabricar, establecer sus medidas y pensar en el tipo de madera que se utilizará. Unas medidas de referencia para un tamaño medio son las siguientes: 1,50 metros de alto, 60 o 70 cm de ancho y 50 cm de profundidad. Definidas las dimensiones y los materiales, se deberá montar la estructura del mueble: las tablas del fondo y laterales, que quedarán fijas por medio de las maderas superior e inferior. Los cajones son un poco más complicados, pero se comercializan todos los elementos necesarios para el sistema de rodamientos, que permite que los cajones se deslicen y queden cerrados en la posición correspondiente.

Chifonier: historia de un nombre

Es curioso el origen del nombre de este mueble. La palabra chifonier se deriva del término francés “chiffonnier”. En el idioma galo, un “chiffon” es un trapo o una prenda de vestir arrugada. Es decir, en su origen, esta cajonera se destinaba a guardar esa clase de artículos: retales, trozos de tela vieja o ropa muy usada. Está claro que los usos del término se modificaron hasta la actualidad.

La Real Academia Española admite como equivalente la palabra sifonier, pero considera erróneo decir “sinfonier” (con “n” en el final de la primera sílaba), un término que también está muy extendido.

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