La carencia de hierro se presenta en numerosas especies como árboles, arbustos, perennes, anuales, bulbosas, frutales y plantas de interior. Las hojas se vuelven amarillas desde los bordes extendiéndose entre las nervaduras. Como resultado de esta deficiencia quedan todas las hojas amarillas, interfiriendo en la fotosíntesis.
Resultan especialmente afectadas las plantas que prefieren suelos ácidos y crecen en medios alcalinos. Para evitarlo es conveniente decantarse por aquellas plantas que sean compatibles con el suelo donde se vayan a plantar, eliminar escombros de la construcción. Se puede emplear agua de lluvia, pero no de la canilla en aquellas plantas susceptibles. También resulta aconsejable acidificar el suelo antes o después de plantar.