La compostación rápida o caliente

El proceso durará dos meses aproximadamente frente a los tres meses que dura la descomposición lenta.
Por EROSKI Consumer 18 de octubre de 2002

La quema de rastrojos es una práctica muy habitual con la cual perdemos la posibilidad de enriquecer los suelos de nuestro jardín preparando un montículo de compost, que usaremos más adelante para abonar la tierra. Además desaprovechamos una forma de reciclar los desperdicios que se generan.

La materia prima de todo compost está formado por los restos del jardín (hierba o césped, además de hojas secas, flores marchitas o ramas troceadas), estiércol, paja o los restos orgánicos domésticos, entre otros.

Para hacer la compostación, podemos elegir dos formas que proporcionan los mismos beneficios, bien en un montón caliente cuidadosamente atendido o en un montón descuidado de composición lenta.

En esta ocasión nos vamos a fijar en la compostación caliente, que es un proceso que durará dos meses aproximadamente por los tres meses que dura la descomposición lenta.

Ya hemos comentado las materias primas o energía que debe tener todo compost, pero hemos de tener en cuenta que para acelerar el proceso deberemos realizar una mezcla que contenga bastante humedad, aire y materia orgánica.

En lo referente a la humedad, es necesario que todos lo materiales que se encuentren en el compost estén húmedos, pero no calados. Así que si llueve mucho será necesario taparlo con una lona, mientras si hace demasiado calor, es recomendable añadir agua.

Que le entre aire al montón también es fundamental para acelerar la descomposición, por lo que el compost deberá ser lo bastante poroso como para permitir la entrada de aire, además de contar con materiales como la paja, el heno o el serrín que aumentan la porosidad del montón.

Con estos elementos bien compensados (humedad, aire y energía) lograremos que aumente el calor interno del montón, lo que beneficiará la descomposición.

Los pasos para elaborar el compost de descomposición rápida son los siguientes:

1. Construir un montón utilizando aproximadamente dos partes de material voluminoso (paja, serrín ,heno, ramas trozeadas, etc) por cada parte de material de energía (estiércol, desperdicios de frutas y plantas, etc). Añadiremos un poco de agua si el montón está demasiado seco.

2. Este compost caliente requiere un mayor cuidado por lo que es recomendable revolver el montón un vez a la semana para que entre más aire y se acelere la descomposición.

3. Con estos pasos hemos logrado que el interior del montón alcance temperaturas que rondan los 130º-150º, por lo que el volumen del compost inicial habrá disminuido casi hasta la mitad. Cuando hayamos logrado esto, dejaremos reposar el montón de 4 a 8 semanas para que se cure y esté listo para utilizarlo como abono.

Siguiendo los anteriores consejos tendremos listo en ocho semanas un perfecto abono para nuestro jardín o huerta.

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