Es habitual en las tareas de carpintería tener que golpear las piezas de madera para ensamblarlas, lo mismo que al tallar es necesario hacer lo propio con las gubias o formones. Para no dañar ni el material ni los instrumentos se utiliza, en estas ocasiones, la maza.
El modelo de maza que se puede apreciar en la fotografía dispone de un mango ergonómico que facilita su manejo y sujeción. Su estructura de fibra de vidrio proporciona una mayor resistencia y durabilidad, a la par de permitir absorber mejor los impactos y vibraciones de su uso diario.
Asimismo, como suele ser habitual en este tipo de productos de cuidado diseño, la empuñadura de esta maza, dispone de un recubrimiento elástico antideslizante y con un grabado superficial que permite trabajar con mayor soltura y disponer del máximo agarre a la hora de trabajar con ella.
Las mazas se presentan en varios formatos, por ejemplo de 700, 1.000 y 1.400 gramos, para poder elegir la que más se adapte a todas las necesidades y poder clavar clavos de gran tamaño y traspasar maderas de gran grosor sin apenas complicaciones.
