Los males de la maranta y cómo ponerles remedio

Requiere de una humedad ambiental elevada y una temperatura constante
Por EROSKI Consumer 10 de julio de 2007

La maranta es una planta variegada de interior con un follaje muy espectacular, cuyas hojas pueden llegar a alcanzar grandes dimensiones, aunque requiere de una humedad ambiental elevada y que la temperatura en la que se desarrolla sea constante. No debe recibir directamente los rayos del sol y, además, precisa un sustrato rico en nutrientes y basado en turba.

Si las hojas de un ejemplar de maranta están marchitas y presentan telarañas en el envés significará que está siendo atacada por la arañuela roja, por lo que deberá mantenerse la planta alejada de cualquier tipo de fuente de calor, aumentar la humedad ambiental pulverizándola y emplear un insecticida sistémico contra la plaga.

Si por el contrario las hojas marchitas están también rizadas la planta estará demasiado seca y fría, por lo que se deberá elevar la temperatura de manera gradual, para evitar que el ejemplar sufra con los cambios bruscos. Habrá que aumentar el riego según se vaya calentando el ambiente.

Si las hojas pierden sus característicos colores entonces la maranta estará recibiendo un exceso de luz solar, por lo que precisará un lugar más sombreado. Si continúa la situación será conveniente abonar cada semana durante la época de crecimiento.

Si las hojas más cercanas al sustrato amarillean lo más probable es que necesite más agua. En cualquier caso, en periodo de crecimiento habrá que mantener húmedo el sustrato durante todo el tiempo.

Por último, recuerde que lo mejor para que la maranta conserve su variegado colorido es que sea cultivada en una ubicación en semisombra. No obstante durante el invierno sí será necesario trasladarla a un lugar más luminoso, porque al acortarse los días agradecerá cualquier aporte extra de iluminación solar.

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