Mejorar la técnica de clavado

Para garantizar una unión duradera, se debe golpear el clavo de forma perpendicular y emplear el antebrazo como palanca
Por EROSKI Consumer 24 de marzo de 2007
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Imagen: Julia R.

Clavos y madera son dos elementos inseparables en un buen número de trabajos de carpintería. Su principal uso es el ensamblaje de piezas, pero también uno de los mayores riesgos. Al emplear clavos sobre la madera, ésta puede abrirse o es posible golpear los dedos o las manos de quien los manipula. En la mayoría de ocasiones, una técnica deficiente en el clavado es la responsable. Se debe golpear el clavo de forma perpendicular y utilizar el antebrazo como palanca, en lugar de la muñeca. Respecto al modo de disimularlos, otro de sus inconvenientes, es preferible escoger los clavos de cabeza ovalada y utilizar un botador para hundirlos en la madera.

Técnica adecuada

Para insertar de forma óptima los clavos, es elemental sujetar el martillo por el extremo del mango, en lugar de hacerlo cerca de la cabeza de la herramienta. A continuación, se apoya con firmeza el clavo en el lugar donde se desea introducir y, mientras se sujeta entre los dedos, se dan varios golpes secos sobre él para que penetre en la madera. Una vez que se fija, se retira la mano y se golpea hasta que se clave por completo.

En esta operación, el antebrazo es la parte del cuerpo que debe ejercer como palanca para que trabaje el codo, en vez de la muñeca. A menudo, cuando no se emplea la técnica adecuada, la tarea se salda con golpes sobre dedos y manos. Es recomendable emplear una herramienta especial: la tenaza de clavos. Este utensilio, con forma similar a una pinza de tender la ropa, permite sujetar el accesorio sin que peligren los dedos.

Clavos invisibles

La tenaza de clavos evita golpes en dedos y manos

Para ocultar los clavos, es posible recurrir a dos soluciones. La primera pasa por emplear los de cabeza ovalada o punta cónica, en lugar de los tradicionales de cabeza plana. Se introducen en la madera con el martillo, pero no por completo. Después, con un botador de clavos se termina de hundir la cabeza en el interior de la pieza y se tapa el agujero con masilla para madera.

Hay otro método que resulta útil para disimular los clavos. Antes de colocarlos, se levanta con un formón una astilla en el lugar donde se fijará el clavo. Se clava con la técnica descrita y, para ocultarlo, se encola la astilla.

Colocación correcta

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Si se emplean los clavos para ensamblar varias piezas de madera, hay que considerar ciertos aspectos para que la unión sea duradera. El fragmento más ligero o el de medidas menores debe clavarse siempre sobre la pieza más pesada o de tamaño mayor. Para aumentar las garantías de la unión, es preferible optar por el clavado en X. Se utilizan dos clavos y se introducen en la madera de lado, de tal manera que formen un aspa. Este método proporciona un ensamblaje más firme y duradero.

Para impedir que la madera se raje o fracture, es aconsejable efectuar un taladro previo con una broca de diámetro inferior al del clavo. Se debe evitar colocarlos en hilera a lo largo de la misma veta de madera para no abrir una línea de fractura.

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