A la hora de escoger el tipo de material con el que estarán constituidos los muebles del jardín, la mayoría de la gente sólo piensa en los tradicionales muebles de madera de teca, en el clasicismo del hierro forjado, en la ligereza y buen precio de los muebles de plástico o en el toque tropical del mobiliario realizado con rattán.
No obstante, desde aquí se pretende hacer llegar una apuesta cada vez más en alza, el aluminio. El primero de los requisitos de todo mueble de exterior lo cumple perfectamente, ya que su resistencia a la corrosión está más que contrastada, al igual que su perdurabilidad ante las diferentes exposiciones al sol, el agua de la lluvia, o del riego mediante aspersores, y las heladas.
Tal vez la comparación más natural, en lo que a materiales se refiere, deba hacerse con el hierro forjado. Así se puede decir que el aluminio tiene la ventaja de ser mucho más ligero y por lo tanto más fácilmente trasladable, al igual que sucede con los muebles de plástico, aunque una de sus principales desventajas es que, debido a su poco peso, pueden llegar a ser arrastrados por el viento.
Otra de las ventajas de aluminio frente al hierro es que requiere un mantenimiento menor. Las empresas que trabajan con el aluminio también han logrado realizar diseños muy similares a los que puedan efectuarse con forja, sin embargo, claro está, la distinción, firmeza y durabilidad que aporta el hierro forjado nunca podrá ser igualada.