Peligros al manipular un casquillo

Si el material está en mal estado o conectado al cable de fase, las bombillas darán corriente al tocarlas
Por EROSKI Consumer 14 de mayo de 2002
Img portalamparas
Imagen: Rodolfo Clix

Al cambiar una bombilla es necesario manipular el casquillo en el que se enrosca. Una tarea sencilla que, sin embargo, debe realizarse con precaución para evitar accidentes por contacto. Los casquillos o portalámparas se conectan directamente a la red, por lo que es fundamental trabajar con cuidado.

El principal riesgo se localiza en el punto de conexión. Si el portalámparas está conectado al cable de fase -de color negro, marrón o gris-, la bombilla dará corriente a la persona que la toque. Por ello, siempre ha de contactar con el cable neutro o de color azul. Los colores de los cables son una pista para no correr riesgos.

De la misma forma, hay que fijarse en otros aspectos que revelan el nivel de seguridad. Por ejemplo, nunca debe colocarse una bombilla de potencia superior a la que es capaz de soportar el portalámparas. Además, hay que verificar que el material está en buen estado y alejado de zonas húmedas.

Por otro lado, cuando la bombilla no esté fundida pero tampoco se encienda la luz, habrá que revisar la conexión de los cables al casquillo. Es posible que se hayan estropeado o quemado, por lo que habrá que cortar la parte en mal estado, pelar algunos milímetros de cable y conectarlo de nuevo al portalámparas.

Tipos de clavijas

A pesar de que en los últimos años ha aumentado la variedad de bombillas, los casquillos apenas han experimentado cambios. La clavija más común es la de rosca, que puede variar de diámetro y longitud para ajustarse a diferentes modelos y tamaños de lámparas.

La clavija más común es la de rosca, pero también hay clavijas de bayoneta, para lámparas halógenas y fluorescentes

También hay clavijas de bayoneta, para bombillas con una base más estrecha y alargada, y cerámicas, que permiten la iluminación de lámparas halógenas y sustituyen los bornes de conexión por unos simples contactos. Éste es el modelo que más se diferencia del tradicional.

Por último, existen portatubos para lámparas fluorescentes y clavijas que incorporan un enchufe, para conectar directamente a otros aparatos, o un interruptor. No obstante, es preferible que el portalámparas no esté contactado a tomas de corriente, igualmente en este caso, para reducir el riesgo de accidente.

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