La tumbergia es una planta trepadora capaz de alcanzar alturas incluso superiores a los cinco metros, por lo que es conocida popularmente como «flor del cielo». Por el vistoso color morado que presentan sus flores se cultiva mucho en jardines.
Sin embargo, lograr que florezca no resulta un proceso tan sencillo como en principio podría parecer, debido principalmente a sus especiales necesidades para desarrollarse con total normalidad.
Para conseguir que aparte de crecer verticalmente broten sus flores es necesario plantarla en un sustrato muy rico en nutrientes. Deberemos abonar cada diez días con un fertilizante que ofrezca un aporte extra de fósforo y potasio, además el suelo deberá tener un buen drenaje para evitar que las raíces de los ejemplares de tumbergia se pudran. Una poda drástica en primavera permitirá controlar su crecimiento y su forma, y conseguir una floración idónea.
Respecto a sus necesidades de iluminación, requiere estar a pleno sol en los meses más fríos del año, mientras que a lo largo del verano disfruta con una sombra parcial. Esto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de elegir su emplazamiento.
