Restaurar un biombo

Una mano de pintura, un vinilo decorativo o una tela estampada pueden cambiar por completo su aspecto
Por EROSKI Consumer 30 de septiembre de 2003
Img biombos
Imagen: Mark Pulley

Los biombos separan ambientes, crean rincones íntimos, delimitan espacios, disimulan desperfectos y, además, son decorativos. Se pueden adquirir de distintos colores, formas y tamaños, o fabricarlos de modo artesanal. Si ya se dispone de uno, se puede renovar para adaptarlo al estilo decorativo de la estancia donde se ubicará. En este último caso, basta con una mano de pintura, un vinilo decorativo o una tela estampada para actualizarlo.

Renovación total

La renovación de un biombo es una tarea sencilla. En la medida de lo posible, es recomendable no desmontarlo, ya que los orificios de los tornillos se pueden agrandar, lo que dificultaría su posterior montaje. No obstante, si las bisagras están oxidadas, habrá que cambiarlas por unas nuevas. En este caso, para facilitar el montaje posterior, se deben numerar los paneles por orden a ambos lados.

Si el biombo está pintado, se debe retirar la pintura vieja con un decapante térmico o químico y lijar la superficie. A continuación, se puede aplicar una nueva mano de pintura o barniz.

Si el biombo está entelado o cubierto con algún elemento autoadhesivo, se deben eliminar todos los restos de tela, papel y clavos.

Decoración autoadhesiva

Una opción muy llamativa, cómoda y fácil de hacer, es forrar el biombo con un papel tapiz o un vinilo autoadhesivo, cuyo motivo se integre en la decoración de la estancia donde se colocará.

Si el biombo se compone de tres paneles, solo habrá que cortar seis rectángulos del tamaño de los mismos. A continuación, se pega de arriba a abajo, con cuidado de que no se formen burbujas de aire. Después, se cortan tiras de papel tapiz o de vinilo decorativo y se forran todos los cantos de cada panel.

Paneles entelados

Si los paneles tienen alguna imperfección, una buena solución para ocultar los fallos es entelar el biombo. En este caso, se necesitarían dos piezas de tela resistente (una lisa y otra estampada), tela contrastada, un martillo, tijeras, clavijas (o grapas), tachuelas decorativas y cinta de tapicería. Tras desmontar el biombo, se colocan los paneles sobre una superficie de trabajo firme. Se corta la tela estampada de modo que sea algo mayor que el panel y se estira sobre el mismo. Después, se fija el lienzo a la madera con clavijas, a intervalos regulares. El tejido debe quedar recto.

Con unas tachuelas decorativas, se cubren las clavijas de los bordes del panel

El siguiente paso consiste en cubrir la otra cara del panel. Para ello, se corta la tela lisa a medida del panel, de modo que queden unos 5 cm en todo el perímetro para poder hacer el dobladillo. La tela sobrante se dobla hacia la parte inferior para cubrir los bordes y se fija con clavijas.

Después, se corta una tira ancha de tela contrastada y se cubre el borde del panel. Se coloca cinta de tapicería en el borde exterior de la tela, y se fija con clavijas. Para cubrir el filo del panel, se dobla la tela por encima de la cinta y se remacha con clavijas.

Por último, con unas tachuelas decorativas, se cubren las clavijas de los bordes del panel. Una vez entelados los otros tableros, se vuelve a montar el biombo.

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