Sanitarios de colores que dan vida al cuarto de baño

Los sanitarios de colores ofrecen nuevas posibilidades decorativas y añaden un toque de personalidad en el cuarto de baño
Por EROSKI Consumer 11 de julio de 2001
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Imagen: Brian Snelson

Los sanitarios de colores aportan un toque decorativo personal al cuarto de baño, una estancia en la que suele dominar el blanco tanto en estas piezas como en las paredes. Conviene elegirlos con cuidado y pensar en su combinación con el resto de colores presentes a su alrededor. Este artículo explica las distintas alternativas que ofrece decorar el baño con sanitarios de color y los principales inconvenientes de esta medida. Se refiere, además, a la posibilidad de pintar los sanitarios para darles la tonalidad deseada.

Decorar el baño con sanitarios de color

Entre las alternativas posibles para incorporar distintas tonalidades en el cuarto de baño, se encuentra dejar de lado los tradicionales sanitarios blancos y optar por algún otro color. De esta forma, se puede generar un contraste con las paredes blancas, sin renunciar a la luminosidad que estas propician para la estancia.

Los sanitarios de colores son más caros que los blancos, pero dan personalidad y estilo a la decoración del cuarto de baño

Los sanitarios en otras tonalidades permiten también aportar un aire distinguido y original en la decoración del cuarto de baño, sin necesidad de realizar grandes obras. Los fabricantes tienen numerosos diseños -tanto para apoyar sobre el suelo como para empotrar suspendidos en la pared- en distintos tonos brillantes como negro, rojo, naranja, verde o amarillo. Su coste es superior al de los sanitarios blancos, pero dan personalidad y estilo a la decoración de este espacio.

Si se cuenta con dos cuartos de baño en casa, el que se destine a las visitas es el más apropiado para realizar este tipo de renovación. Esto se debe a que aporta originalidad a un lugar que se hace visible ante otras personas, pero sobre todo a que, en general, en esta estancia hay menos objetos. La combinación de colores hace que se pueda ofrecer más variedad sin generar una sensación de agobio en su interior.

Inconvenientes de los sanitarios de color

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Imagen: Mike Linksvayer

El principal inconveniente de los sanitarios de color tiene que ver con la higiene: sobre su superficie, la suciedad es mucho más visible. Al revés de lo que ocurre con la ropa (en las telas blancas se notan más las impurezas, y en las oscuras, donde mejor se disimula), en los sanitarios el color blanco es beneficioso, porque las marcas de agua y restos de jabón son mucho menos notorios que sobre tonos más oscuros.

En todo caso, si se eligen sanitarios de algún color oscuro -sobre todo negro- habrá que lavarlos con mucha frecuencia, si se desea que, a la vista, luzcan siempre limpios.

La principal desventaja de los sanitarios de colores es que las marcas de agua o restos de jabón son más visibles que en los blancos

Otra desventaja de los sanitarios de color es que, a nivel decorativo, «aburren» antes que los blancos. Estos últimos, al ser más neutros y asépticos, no dan problemas al actuar como fondo y permitir luego la introducción de colores en detalles (cepillos de dientes, jaboneras, toallas, estantes, armarios, etc.). Si se opta por sanitarios de colores, sobre todo si son llamativos, la decoración quedará supeditada a ellos, y siempre que se desee incorporar algo nuevo, habrá que tener en cuenta si se logran buenas combinaciones.

Pintar de colores los sanitarios

Para renovar los colores de los sanitarios, existe una alternativa mucho más económica que cambiar los blancos por piezas con otras tonalidades: pintarlas. La principal diferencia en el momento de pintar estos materiales es el uso de esmaltes sintéticos o pintura especial para sanitarios. También conviene emplear una capa de imprimación específica para superficies de cerámica.

Por lo demás, es importante limpiar bien la superficie, aplicar una lija gruesa -para dar mayor porosidad a la superficie y permitir que la pintura se adhiera mejor- y luego dar al menos dos capas de esmalte. Es fundamental dejar que la pintura se seque bien entre una mano y la siguiente. Por último, se recomienda usar una lija fina para eliminar impurezas y dar a las superficies mayor suavidad.

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