Por muy pequeño que sea el jardín, cada zona del mismo tiene una personalidad propia aunque bien encajada dentro de un conjunto. Para que los diferentes ambientes no se confundan y que a su vez queden bien diferenciados es recomendable definir bien las parcelas enmarcándolas con bordes.
Existen varias maneras y ornamentos para bordear una zona pero en esta ocasión vamos a explicar cómo hacer un borde recortable que funcione como barrera entre dos áreas distintas.
Lo primero que tendremos que hacer es cavar (con la ayuda de una azada) una zanja alrededor de la zona que queramos delimitar. Nosotros tendremos que valorar la anchura y la profundidad que más nos guste, pero normalmente basta con cavar una profundidad de entre 5 y 8 centímetros por 10 ó 15 de ancho.
El siguiente paso será retirar todas las malas hierbas y restos que pueda haber en la zanja para posteriormente cubrirlo de una capa de arena a la que echaremos encima grava, cantos rodados, trozos de corteza de pino o cualquier otro elemento decorativo.
Además de la función estética, estos bordes van a evitar que el césped y la grava se esparza por los arrietes contiguos, por lo que merece la pena dedicarle una tarde a esta grata tarea.
