Uniones de piezas de madera permanentes

Si se mete los tornillos en lejía se oxidarán pronto y no se moverán
Por EROSKI Consumer 15 de septiembre de 2004

En algunas ocasiones, puede resultar interesante que un tornillo no se mueva de su sitio para evitar que se meneen las partes que esté sujetando. Un ejemplo claro pueden ser los tornillos que se emplean para colocar las puertas de las chabolas en las que se guardan los aperos de labranza y riego para el huerto o jardín.

Para conseguir que los tornillos no se aflojen una vez estén sujetando las bisagras de las puertas, se aconseja bañarlos en lejía caliente por espacio de una hora.

Se conseguirá que los tornillos se oxiden en poco tiempo y resulte muy difícil moverlos. No obstante no se podrá emplear esta técnica en cualquier lugar, sobre todo en los tornillos destinados al montaje de muebles, porque posteriormente será muy complicado poder desmontarlos.

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