El cierre de un club de fitness en Barcelona deja a 1.200 socios en la calle

Los afectados ya han comenzado a presentar reclamaciones para evitar un nuevo caso Opening
Por EROSKI Consumer 16 de mayo de 2003

La crisis del modelo de financiación de las academias de idiomas (créditos al consumo, en muchos casos encubiertos, que las entidades dejaron de conceder en cuanto vieron los primeros síntomas de decadencia), que llevó a la quiebra a sociedades como Opening o Brighton, empieza a salpicar ahora a empresas de otros sectores.

Es el caso de Fitness Land, una franquicia de una cadena de gimnasios con un local en el centro de Barcelona, que ha tenido que cerrar por las dificultades de financiación bancaria para la captación de nuevos socios, dejando en la calle a 1.200 de ellos.

Según explica uno de los responsables de la empresa, el modelo de negocio consiste en un club de fitness que ofrece también otros servicios, principalmente tratamientos de estética, y que se construye con la financiación de los propios socios. En este caso, con créditos concedidos por una caja catalana. El club abrió sus puertas en octubre de 2002, pero con menos servicios de los prometidos y las instalaciones inacabadas, afirma un perjudicado. Meses más tarde, la caja retiró la financiación porque las obras previstas no cumplían los plazos y se iban retrasando cada vez más.

El problema se ha agudizado además porque la sociedad que puso en funcionamiento el gimnasio -Fitness Land- ha vendido las acciones a otra empresa, que lo primero que ha hecho ha sido cerrarlo, afirma otro de los socios afectados.

Los nuevos accionistas aseguran que abrirán el gimnasio en un plazo de tres semanas. Sin embargo, los socios, algunos de los cuales siguen pagando sus cuotas, ya han empezado a presentar denuncias y se han puesto en contacto con la Organización de Consumidores y Usuarios de Cataluña (OCUC) para evitar un nuevo caso Opening.

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