El consumidor español es exigente y hogareño, tiene muy buena opinión de sí mismo y se muestra muy sensible a las mejoras del mercado

Fundación Grupo Eroski presenta en Madrid el Barómetro de Consumo 2004
Por EROSKI Consumer 2 de diciembre de 2004

Presentación del Barómetro de Consumo 2004Ver el Barómetro de consumo íntegro

Más de un 40% de la población no se incorpora al carro de las Nuevas Tecnologías. El Barómetro, ya en su cuarta edición, se basa en una encuesta a 5.000 personas en todo el país

Fundación Grupo Eroski ha presentado en Madrid hoy jueves 2 de diciembre, la cuarta edición del Barómetro de Consumo en su doble formato de libro impreso y electrónico en el que se describe la evolución de las opiniones, actitudes y comportamientos de los consumidores españoles con la misma metodología empleada en las tres ediciones anteriores.

El estudio, realizado por el Instituto de Empresa y basado en 5.000 encuestas realizadas a otras tantas personas de más de 14 años de todo el país, permite delimitar el perfil del consumidor medio español: muy exigente, confía en la calidad y seguridad de los alimentos, se muestra individualista y autónomo y tiene una gran opinión de sí mismo como consumidor, evoluciona cada año y progresa en su cualificación como consumidor, aprecia mucho las mejoras en productos y servicios, le preocupa su aspecto físico casi tanto como su salud, le cuesta subirse al carro de las Nuevas Tecnologías, es hogareño y cuando sale de casa su actividad más habitual es ir de compras o pasear por centros comerciales.

Arantza Laskurain, directora general de Fundación Grupo Eroski, y Ricardo Oleaga, director de productos informativos de esta fundación, afirmaron que «no hay grandes cambios, la situación es de estabilidad respecto a años anteriores si bien se percibe una evolución favorable en los indicadores más importantes, como el de confianza en los alimentos», para pasar a continuación a describir las opiniones y comportamientos de los consumidores que menos han cambiado en estos años y aquellas en que la evolución ha sido más notable.

El grueso del Barómetro de Consumo 2004 sigue constituido por los grandes temas que se vienen analizando desde 2001 (la confianza ante la seguridad de los alimentos, la confianza en las marcas de alimentación, en los establecimientos comerciales y de restauración, la información que recibimos los consumidores, la credibilidad de los agentes que informan sobre consumo, la opinión sobre en qué medida defienden los intereses de los consumidores todos los agentes que intervienen en el ámbito del consumo, el grado de compensación que sentimos ante los productos o servicios que consumimos y utilizamos, etc.) pero en esta edición, al igual que se hizo en las dos anteriores (estilos de vida, tabaquismo, solidaridad, medio ambiente, liberalización de mercados…), se incorporan nuevos apartados a la macro-encuesta, entre otros: actividades que se realizan el tiempo libre, desplazamientos en verano, el uso de Internet y la opinión sobre este nuevo sistema de comunicación y la contratación de seguros de hogar.

Lo que más ha cambiado estos últimos 4 años:

  • Se rompe la trayectoria levemente alcista de años anteriores en el grado de confianza ante los alimentos en general: se queda en 7,26 ptos (año anterior: 7,29).

  • La carne remonta definitivamente la pérdida de confianza que generó la crisis de las «vacas locas» (pasa de 6,4 ptos en 2001 a 7 ptos en 2004.

  • Aumenta notablemente la confianza en las marcas «blancas» o de distribuidor (pasa de 5,6 a 6.1 ptos en estos cuatro años) y en las marcas más baratas.

  • Mejora la confianza en hipermercados y supermercados (pasa de 6,7 a y 7, y de 6,9 a 7,1, respectivamente en estos cuatro años) y se estanca la que merecen mercados y tiendas tradicionales: 7,3 ptos, los mismos que en 2001.
  • El consumidor se muestra aún más descontento que en años anteriores con la información que recibe sobre vivienda y seguros.

  • Mejora ligeramente la satisfacción con la información que proporcionan los hipermercados y empeora, también poco, la de las aseguradoras.

  • Aumenta la credibilidad, como fuente de información sobre los alimentos, de las asociaciones de consumidores (pasa de 6,2 a 6,6 en estos cuatro años), las Administraciones públicas (de 5,2 a 5,5) y los comercios (de 5,7 a 6).

  • Crece la frecuencia de consulta de la lista de ingredientes en las etiquetas de los alimentos (de 39% a 57% en cuatro años), y también de la información nutricional (de 5% al 16%).

  • Se detiene el leve crecimiento en la frecuencia de reclamaciones estancándose en un nivel paupérrimo: sólo el 17% de los ciudadanos ha formalizado una reclamación en los últimos doce meses. Además, aumenta la insatisfacción con la respuesta recibida tras efectuar las reclamaciones.

  • Mejora ligeramente la percepción de las asociaciones de consumidores como defensoras de los intereses de los consumidores.

  • Aunque sigue en zona de suspenso (pasa de 3,75 a 4,44 en estos cuatro años) mejora la confianza del consumidor en Internet como medio de compra y pago.

  • Crece el grado de conocimiento de la liberalización del sector eléctrico y la posibilidad de elegir un proveedor distinto del actual.

    Los nuevos temas que aborda el Barómetro de Consumo

  • El cuidado del cuerpo, la imagen propia y la salud: el 81% de los ciudadanos dice que sus hábitos alimenticios son saludables; el 70%, que hace lo posible por mantenerse en buen estado físico; el 53%, que es importante cuidar y realzar su aspecto físico; el 46% que cuida sus hábitos alimentarios para mantener una buena figura. El 13% que consume productos destinados al cuidado del cuerpo como anticelulíticos, reafirmantes, antiarrugas. Sólo el 26% reconoce que lleva vida sedentaria y únicamente el 22% que sufre estrés. El 2% dicen que se han sometido a operaciones de cirugía estética, el 4% que no lo ha hecho pero le gustaría y el 83% que nunca lo ha pensado.

  • En el 57% de los hogares, la familia come en casa todos los días laborables. En el 20%, el hombre-padre come fuera de casa entre semana, en el 7% es la mujer-madre y en el 16%, los hijos. En el 2%, todos comen fuera de casa los días laborables.

  • Comer o cenar fuera de casa los fines de semana: el 57% de los ciudadanos, al menos una vez al mes. Uno de cada cuatro, nunca.

  • La actividad más habitual en el tiempo libre es el deporte o ejercicio físico (el 60% dice que lo hace a menudo), seguida de leer y escuchar música en casa (el 56%); el 43% estar en casa con amigos o familiares; el 42%, ver la tele en casa. El 17% dicen que nunca ven la TV y el 35% que jamás asiste al cine u otros espectáculos.

  • Cuando se sale de casa durante el tiempo de ocio, lo más habitual es ir de compras o pasear por zonas comerciales (el 57%, al menos una vez cada 15 días), salir con la familia o amigos a cenar o comer (49%), salir de copas o a bailar (37%), ir al cine (26%), a partidos de fútbol y otros deportes (15%), a conciertos (5%).

  • Hábitos de desplazamiento en verano: el 26% no se mueven (con fines turísticos) de su localidad; el 32% pasa unos días en una localidad turística, el 23% en el pueblo del que procede su familia y sólo el 19% hace un viaje turístico.

  • Internet y nuevas tecnologías: El 45% de los españoles de 14 años no dispone de ordenador en casa, en el trabajo ni en el centro de estudios. El 25% lo tiene sólo en el hogar, el 18% en el hogar y en el trabajo o centro de estudios, y el 12% sólo en el trabajo o centro de estudios. Sólo el 58% de quienes tienen ordenador en casa lo tiene con conexión a Internet; esta ratio en el centro de trabajo es el 80%. El 63% ha utilizado alguna vez Internet; y para el 39%, la principal ventaja de Internet es la información ilimitada que proporciona, para el 15% la inmediatez de las comunicaciones y para otro 15% la oferta de servicios y actividades. Las desventajas más citadas son, en este orden, el riesgo de información inadecuada para los menores, el exceso de publicidad, el coste de la conexión y la lentitud de funcionamiento. El principal beneficio del uso de Internet por los niños es que es una herramienta instructiva y educativa que permite acceder a una gran cantidad de información y que les enseña una nueva forma de comunicarse. Los riesgos: que los niños accedan a páginas web inadecuadas para ellos, que se «enganchen» a Internet, la pérdida de oportunidades para conocer otras cosas, y que pierden demasiado tiempo.

  • Seguros del hogar: el 72% de los ciudadanos tiene contratada una póliza de seguro para su hogar. El 15% reconoce que no, y un 13% lo ignora. El 83% cree que merece la pena tener asegurada su casa, aunque sólo el 53% dice estar bien informado al respecto.

    Los responsables de Fundación Grupo Eroski entraron en detalles al definir el perfil del consumidor español, aportando explicaciones a cada elemento del perfil:

    Muy exigente, exige más y mejor información, se siente poco compensado por lo que paga por productos y servicios, se muestra reacio a mejorar de modo notorio en sus percepciones. Confía en la calidad y seguridad de los alimentos, salvo en unos pocos: comida ya lista para consumir, fast-food y transgénicos. Autónomo e individualista, en quien más confía como fuente de información es en su círculo más cercano, está convencido de que quien mejor defiende sus intereses es él mismo. Poco activo en la mejora de la sociedad de consumo, no reclama, no cambia de proveedores de servicios de energía y telefonía. Sensible a las mejoras, evoluciona en sus planteamientos y opiniones cuando el mercado cambia: desconfía cada vez menos de Internet como medio de compra, mejora la confianza en hiper y supermercados y en las marcas blancas, y en la carne. Progresa en su cualificación como consumidor, consulta cada vez más la lista de ingredientes de los alimentos y su composición nutricional, exige más y mejor información en general y en especial sobre vivienda y seguros, mantiene su desconfianza en restaurantes de comida rápida, otorga a los seguros de hogar la importancia que tienen. De autoestima, bien, gracias: tiene una imagen muy positiva, quizá en exceso, de si mismo: cree que es quien mejor defiende sus derechos, dice que colabora con la recogida selectiva de residuos más de lo que realmente lo hace, y ocurre lo propio con la práctica de ejercicio físico y el control de la alimentación, y sólo el 26% reconoce que lleva una vida sedentaria. Dice que le preocupa su apariencia física casi tanto como su salud, cuida su alimentación, hace ejercicio y todo lo posible por mantenerse en buen estado y entiende importante cuidar y realzar el aspecto físico. Le cuesta subirse al carro de las Nuevas Tecnologías, casi la mitad no tienen ordenador en casa ni en el trabajo o centro de estudios, y más del 40% de quienes tienen ordenador en casa no lo tiene conectado a Internet, desconfía en Internet como medio de compra. Hogareño, de las cuatro actividades más habituales en su tiempo de ocio, tres se desarrollan en casa: leer o escuchar música, ver la tele, y reunirse con amigos o familiares; sale poco de vacaciones, y cuando lo hace, va a menudo al pueblo de origen de la familia. Cuando sale de casa, su actividad más habitual es ir de compras o pasear por centros comerciales, y lo hace en mucha mayor medida que salir con amigos o familia a comer-cenar, o ir al cine, o a espectáculos deportivos.

    Lo que sigue igual (o lo que menos cambia):

  • El consumidor confía en los alimentos en general, si bien sigue mostrando desconfianza hacia la comida lista para consumir y la comida rápida de hamburgueserías y similares. Los alimentos en los que más se confía son los más «naturales».

  • Se mantiene el diferencial entre la confianza en los alimentos y la confianza en las marcas de alimentación, menor en estas últimas, aunque sea aceptable. Las marcas que más confianza suscitan siguen siendo las de «más prestigio», y las que menos, las baratas.

  • La confianza en las tiendas de alimentación sigue siendo mayor que en los establecimientos hosteleros. No mejora la muy escasa confianza en los de comida rápida.

  • La satisfacción con la información sobre productos y servicios sigue en la mediocridad. Servicios médicos y alimentación lideran la clasificación, mientras que vivienda, tintorerías, seguros y reparación de electrodomésticos ocupan los puestos de cola.

  • La percepción sobre la contribución informativa sobre el consumo de productos y servicios de los distintos agentes implicados sigue liderada por conocidos, familiares y amigos; y detrás, en este orden, asociaciones de consumidores, dependientes de tiendas y medios de comunicación. Fabricantes y Administraciones públicas quedan peor. La credibilidad de la información que sobre alimentación proporcionan las diversas fuentes es muy distinta, y la mayor la siguen mereciendo conocidos, familiares y amigos; tras ellos, médicos y entidades sanitarias, y asociaciones de consumidores. Los puestos de cola: Administraciones públicas y medios de comunicación.

  • La información que más se consulta en las etiquetas: la fecha de caducidad.

  • El grado de compensación que siente el consumidor por el dinero que paga por productos y servicios sigue siendo mediocre y no mejora. Los servicios médicos son los que más sensación de compensación generan, y la vivienda lo que menos.

  • No nos gusta reclamar: apenas aumenta la muy escasa frecuencia en la formalización de reclamaciones. La proporción de ciudadanos que vio resuelta satisfactoriamente su reclamación es exigua y no mejora respecto de años anteriores.

  • Estamos convencidos de que somos nosotros mismos quienes mejor defendemos nuestros intereses como consumidores. Las asociaciones de consumidores ocupan el segundo puesto como «defensores del consumidor», mientras que Administraciones públicas y empresas apenas son citadas en este papel.
  • Por mucho que el ciudadano dice confiar en ellos, el consumo de alimentos ecológicos sigue siendo bajo y lleva sin mejorar tres años.

  • En acciones de colaboración con la recogida selectiva de residuos, los ciudadanos siguen diciendo que colaboran más de lo que lo hacen.

  • No mejoran ni el alto grado de desconocimiento sobre lo que significa el Comercio Justo ni el consumo de los productos de Comercio Justo.

  • No se fuma menos que el año pasado: sigue haciéndolo una de cada cuatro personas mayores de 14 años.

  • Con los hábitos de vida (cuidado del cuerpo, imagen y salud) el ciudadano español tiene una imagen demasiado positiva de sí mismo, o no dice toda la verdad en las encuestas.

  • Internet no despega como medio de compra y de pago: sigue siendo considerado un medio inseguro y en el que los derechos del consumidor no están garantizados.

  • El número de hogares que ha cambiado de proveedor de telefonía ha cambiado muy poco respecto de 2003, a pesar de que las circunstancias de mercado aconsejan hacerlo.

    Ver el Barómetro de consumo íntegro

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