Ayudas sociales a las familias con hijos

España es uno de los países europeos que menos prestaciones sociales concede a las familias
Por Lucía F. Gorosito 7 de marzo de 2007
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Imagen: M. B.

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Actualmente las ayudas económicas ofrecidas en España a las madres que tienen un trabajo remunerado son bastante inferiores a las que se conceden en otros países de la Unión Europea. Y, aunque a finales de 2005 se han aprobado normativas que benefician a las familias, como la Ley de Igualdad, aún no se ha conseguido impulsar la conciliación de la vida familiar y laboral. En este contexto, España está lejos de países como Alemania, Gran Bretaña o Luxemburgo. Así se desprende del ranking de países de la Unión Europea (UE) en la concesión de prestaciones sociales, donde España ocupa el puesto número, muy por debajo de los más avanzados.

Estas ayudas están orientadas a dar un respiro a la economía cuando se han de afrontar los gastos que trae aparejado un hijo. Sin embargo, son medidas que no solventan los problemas económicos reales de las familias. Además, el acceso a estos beneficios, en algunos casos, está condicionado por la renta anual de la familia, por la edad de los hijos, o por el hecho de que las madres tengan un trabajo remunerado en relación de dependencia.

Ayudas

De acuerdo con la ley española, las ayudas a familias pueden ser de varios tipos:

  • Asignaciones de dinero a madres trabajadoras con hijos menores de 3 años: Perciben 100 euros una vez al mes, o de manera global al realizar la declaración de la renta. La madre ha de tener trabajo remunerado y no hay límite de renta (esto significa que no se tiene en cuenta el total del ingreso familiar bruto por año).
  • Asignación económica por hijo o menor acogido a cargo: Se recibe un pago mensual de 24,25 euros por cada hijo menor de 18 años o con una minusvalía mayor al 65%. Para percibir esta asignación, la renta anual no debe ser superior de los 9.091,99 euros. Pero si se tiene más de dos hijos, el límite de la renta se incrementa en un 15% por hijo.
  • Pago único por nacimiento o adopción de un tercer hijo o sucesivos: Se trata de una ayuda de 450 euros, que se cobran una única vez. En este caso, la renta anual tampoco debe sobrepasar los 9.091,99 euros.
  • Prestación por parto o adopción de múltiple: Por un parto múltiple de dos hijos se obtienen unos dos mil euros; si son tres hijos la ayuda asciende a 4.300 euros, y si son cuatro o más, a 6.500 euros. No hay restricción de renta.

Cien euros mensuales, ¿es suficiente?

La subvención de 100 euros al mes resulta escasa si se tiene en cuenta el gasto que implica el pago de una guardería, la compra de la leche, pañales, etc. Por ejemplo, al mes, una familia gasta una media de 40 euros en pañales para su bebé recién nacido, y 20 euros en leche.

Además, se ha de considerar que esta ayuda está destinada únicamente a las madres que tienen un trabajo remunerado. ¿Qué ocurre con las que no trabajan? Por otro lado, esta subvención es condicionante, ya que no puede cobrarse si la renta anual bruta de la familia supera los 9.091,99 euros.

El año pasado se realizó en Madrid el V Congreso Nacional de Familias Numerosas, organizado por la Federación Española de Familias Numerosas. El objetivo de la convocatoria fue denunciar que casi el 89% de familias no pueden percibir las ayudas porque sobrepasan los niveles de renta (15.500 euros en el caso de 3 hijos).

Las ayudas españolas están a la cola de la UE

El informe «Evolución de la Familia en España», elaborado por el Instituto de Política Familiar (IPF) confirma que, en lo que a política familiar se refiere, la media de la UE en concepto de ayudas se ubica en el 2,1% del Producto Bruto Interno (PBI). Países como Dinamarca (3,9%) y Luxemburgo (3,7%) proporcionan un porcentaje alto y elevan la media europea. España, por su parte, es el único país de la UE que no alcanza el 1%. Ocupa el número 15 de la lista de los que menos ayudas facilitan: sólo el 0,52% del PBI, número que está por debajo de Italia, quien otorga el 1%.

Otro dato llamativo que revela el informe es que, desde 1980, el dinero destinado a las familias se ha reducido en casi un 40%. En aquella década, las familias españolas recibían el 0.86% del PBI, y ahora un 0.52%. Aunque tampoco la cifra llegaba al 1%, por lo que se ve un retroceso en lo que a políticas familiares se refiere.

Pero no sólo el porcentaje destinado a las ayudas familiares es bajo. El gasto social de España (quitando el que se otorga a la familia) es cinco veces menor que el de la UE y se ubica a 8,3 puntos de diferencia. Mientras que las prestaciones sociales de la UE se registran en un 25,2% de PIB, las de España se ubican en el 19,7%.

Más restricciones que beneficios

En una comparativa de las ayudas familiares que se dan en otros países de la UE, el estudio del IPF revela que España se encuentra a distancia de países como Luxemburgo, Alemania o Gran Bretaña, y se posiciona más cerca de Polonia. Un ejemplo intermedio es el caso de Bélgica: otorga por un hijo 75,54 euros; por dos 139,78 euros y por tres 208,70 euros, mientras que España concede 24,25 euros por cada hijo. Entonces si se tienen dos hijos en Bélgica se percibirán 215,32 euros, mientras que en España el beneficio rondaría los 48,50 euros.

Cabe destacar que no hay restricciones de ingresos para percibir las ayudas familiares en ningún país de la UE, salvo España, la República Checa, Italia, Irlanda, Portugal, Hungría, Malta, Polonia y Eslovenia. Y aunque generalmente las ayudas se conceden hasta que los hijos tienen 18 años, en otros países europeos se pueden extender hasta que se terminen los estudios universitarios.

Conciliación de vida familiar y laboral

No todas las ayudas a las familias con hijos son económicas. En diciembre de 2006, se aprobó la Ley de Igualdad que dio luz verde al permiso de paternidad de 15 días, ampliable a cuatro semanas, independiente del de la madre, que es de 16 semanas ininterrumpidas.

Pero en países de la UE como Alemania, entró en vigencia a partir de este año un permiso remunerado de 15 meses para hombres y mujeres. Esta ley permite también disfrutar de la baja laboral cobrando el 67% del sueldo.

Al margen de los permisos de maternidad y paternidad, resulta difícil lograr la conciliación de la vida laboral y familiar. Un trabajo a tiempo completo se convierte en un problema, ya que los horarios y costes de las guarderías son incompatibles con los salarios y los horarios de trabajo. Además, el difícil acceso a las guarderías y colegios públicos plantea una situación conflictiva motivada porque no hay suficientes plazas en ellos, lo que obliga a muchas familias a elegir los centros privados o concertados. Otra opción por la que muchas familias se inclinan es la contratación de canguros por horas o por la ayuda de otros miembros de la familia, sobre todo se reclama esta atención a los abuelos. Por otro lado, algunos establecimientos están abiertos únicamente hasta las cinco de la tarde, por lo que muchos padres y madres no tienen más remedio que contratar a alguien que se ocupe de sus hijos en las horas en las que todavía están trabajando o tener jornadas de empleo reducidas.

Política laboral flexible

El Estudio Índice de la Empresa Familiarmente Responsable (IFREI) 2006, del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), refleja que las empresas que implantan medidas de conciliación familiar y laboral reducen el porcentaje de absentismo en un 30%. Además, se logra mayor competitividad, mejor calidad de vida de los empleados, más productividad y rendimiento.

Algunas maneras de lograr compatibilizar la vida familiar y laboral se inscriben en la flexibilización en los horarios de entrada y salida, jornadas laborales comprimidas, permisos de paternidad y maternidad más largos que los establecidos por ley, o la disposición de horas al mes libres para utilizarlas cuando se las necesite.

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