Hay varias formas de retrasar el pago de una tarjeta de crédito. Cada manera tiene sus ventajas y también sus riesgos. Las tarjetas de crédito, como también las tarjetas de fidelización, permiten aplazar el abono de una compra desde un mes hasta 12 meses, por lo general. Pero hay que tener cuidado, pues mientras que algunos de estos “plásticos” no aplican intereses, por otros hay que desembolsar hasta un 25% más. En este artículo se desvela cómo retrasar un pago con la tarjeta de crédito, sus opciones, beneficios y también sus peligros.
Algunas tarjetas de crédito están diseñadas para que sus usuarios puedan llegar mejor a final de mes y de este modo ajustarse a su presupuesto familiar. Existe una amplia gama de modelos que retrasan los pagos de las compras en hasta tres meses, sin intereses ni otros gastos.
La idea es lograr aplazar el abono con estos «plásticos» con cargos a final de mes o repartidos en varios meses, antes de que se llegue a la situación de no poder pagar la tarjeta de crédito. Además, hay formas de retrasar aún más los pagos; pero en estos casos hay que asumir un tipo de interés establecido en torno al 18%, lo que encarecerá el cargo de estas operaciones.
Cómo retrasar un pago con la tarjeta de crédito
Las estrategias para aplazar un pago son dos. La primera: realizar las compras con estas tarjetas de crédito y pagar durante los últimos días del mes. Esta fórmula permite ajustarse al presupuesto sin que apliquen ningún tipo de interés o gastos.
La otra táctica consiste en pagar los primeros días del mes siguiente. Estos «plásticos» tampoco implican intereses. Su ventaja reside en que se puede esperar a que la nómina o ingresos regulares estén cargados en la cuenta corriente.
Cómo repartir el pago con la tarjeta en varios meses
Si, por el contrario, lo que se busca es retrasar el pago con la tarjeta de crédito aún más tiempo, también existen algunas que permiten dar un respiro mayor a la economía doméstica. Casi todos los bancos incluyen un formato de estas características en su oferta.
Estas tarjetas cubren un periodo de hasta 12 meses, en el que habrá unos gastos fijos durante su amortización. La operación no será gratuita, sino que conlleva un interés que irá en función del «plástico» elegido (desde un 13% y hasta un 25%) que se deberá abonar por el retraso de estos pagos.
Retrasar el pago de compras con tarjetas de fidelización
No obstante, también existe otra forma de librarse de estos abonos, si se opta por una tarjeta que abra la posibilidad de obtener financiación inmediata para las compras habituales en los comercios adheridos a estos programas, además de beneficiarse de las mejores promociones y ofertas que incorporan. El inconveniente de estas operaciones es que solo pueden desarrollarse en algunos establecimientos comerciales, con lo que limitan el poder de elección, ya que no se podrán realizar las adquisiciones donde se quiera.
Casi todas las tarjetas de fidelización llevan incluidas una modalidad de pago que permite aplazar las compras en uno, dos y hasta tres meses. Pero tiene una característica muy especial: en esta clase de operaciones no aplican ningún interés; es decir, no afectará al estado de la cuenta corriente, ya que tampoco conlleva otros gastos en su gestión o mantenimiento.
Estas tarjetas están basadas en promover una mayor vinculación de los usuarios con una marca o establecimiento. Y, para incentivar el consumo, proporcionan todas las facilidades para formalizar las adquisiciones.
