¿Cuál es el mejor depósito? Cinco trucos para acertar

Conviene tener en cuenta estrategias, como descifrar los plazos de permanencia de los depósitos o saber si permiten o no cancelación anticipada, para elegir el mejor producto de ahorro
Por José Ignacio Recio 19 de abril de 2016
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Imagen: Cara Lowry

En las circunstancias económicas actuales, con los tipos de interés a la baja, ¿cómo acertar y escoger el mejor depósito con el que ahorrar? Algunas fórmulas para atinar son descifrar los plazos de permanencia de los depósitos, si permiten o no cancelación anticipada y conocer cuáles son los importes mínimos para ser formalizados. Entonces, ¿cuál es el mejor depósito? Estos cinco trucos ayudarán a descubir y encontrar el producto de ahorro más conveniente.

Imagen: Cara Lowry

La actual oferta de los depósitos a plazo está por completo devaluada, como consecuencia de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) de abaratar el precio del dinero. No en vano, en su última reunión decidió bajar los tipos de interés hasta un histórico 0%. Esta actuación comunitaria explica por qué el rendimiento de las imposiciones a plazo son casi inexistentes, pues no dan más allá del 0,50% en condiciones normales.

Entonces, ¿cuál es el mejor depósito para ahorrar? No solo habrá que fijarse en el tipo de interés que aplican a sus modelos, sino también en otros parámetros no menos importantes y que serán fundamentales para verificar la conveniencia o no de la operación. Estos son.

1. Tipos de interés

El tipo de interés es el punto más importante para contratar un depósito. No habrá que esperar grandes sorpresas en su rendimiento. Oscilan de un 0,20% al 0,50%, aunque estos márgenes comerciales pueden mejorarse si se emplean ciertas estrategias para contratarlos, como vincularlos a otros activos financieros, ser receptivos a las ofertas para nuevos clientes de las entidades bancarias o ampliar sus plazos de permanencia. Solo de esta manera podrá superarse la difícil barrera del 1%.

2. Plazos de permanencia

Antes de contratar un depósito se debe conocer el tiempo de permanencia que exige: puede ser contratado desde un solo día y hasta un máximo que está establecido entre tres y cinco años. No obstante, a medida que el plazo sea menor, los intereses se debilitarán sensiblemente hasta llegar a niveles casi inexistentes.

3. Posibilidad de cancelarlos

Si por cualquier circunstancia hay que afrontar con urgencia ciertos pagos (deudas ante terceros, alquiler del piso o cumplir con las obligaciones fiscales), no habrá más remedio que cerrar los depósitos. Pero mucho cuidado con esta operación, ya que algunos modelos no lo permiten y otros lo penalizan bajo fuertes comisiones, que pueden llegar al 3%. Conviene no olvidarlo para no quedarse con falta de liquidez en el saldo de la cuenta corriente.

4. Disponibilidad de los ahorros

Las familias que no cuenten con una bolsa de ahorro bien consistente en su cuenta tendrán más difícil acceder a los mejores depósitos de la actual oferta bancaria, ya que piden aportaciones económicas mínimas de 3.000, 5.000 e incluso superiores a 10.000 euros. Mientras, los más asequibles ofrecen menor rendimiento, a no ser que se vincule la nómina a una cuenta; en este caso, los márgenes subirán en varios puntos porcentuales con respecto a las propuestas iniciales.

5. Periodicidad de los pagos

Una de las mejores aportaciones de estos productos radica en que su política de pagos de intereses se mueve bajo criterios muy flexibles y para todos los gustos. Pueden cobrarse mensual, trimestral, anualmente o a su vencimiento. Y hasta se puede percibir en especie en el preciso momento de formalizarlos, aunque sin la opción de cancelarlos de forma anticipada.

Ofertas para nuevos clientes

Una de las mejores estrategias para elevar la rentabilidad de las imposiciones a plazo se basa en acudir a las ofertas promocionales que realizan los principales bancos con cierta regularidad para los nuevos clientes o cuando menos para aportaciones recientes. Sus márgenes pueden dispararse hasta el 2% o incluso más elevado por medio de las propuestas más agresivas. Será un nuevo elemento para incentivar su contratación en los momentos actuales.

Pero no será tan fácil como puedan imaginarse algunos de sus demandantes. En primer lugar, porque solo afectan al tramo de los ahorros más bajo, casi siempre por debajo de 10.000 euros. Y, a continuación, porque la rentabilidad anunciada en las promociones es válida para periodos muy cortos en su permanencia, pues con frecuencia estas operaciones están limitadas a un plazo máximo de entre tres y seis meses.

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