¿Cuánto cuesta contratar un fondo de inversión?

Este producto contempla varias tasas fijas y opcionales que restarán rentabilidad a los beneficios acumulados
Por José Ignacio Recio 24 de mayo de 2018
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Imagen: exopixel

Durante el primer mes de 2018, los fondos de inversión registraron un crecimiento de 5.791 millones de euros, hasta alcanzar los 268.638 millones de euros de patrimonio, según los datos facilitados por la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones. Estas cifras muestran el atractivo que están teniendo estos productos entre los pequeños y medianos inversores. Y es que los fondos de inversión ganan presencia en detrimento de los productos de ahorro de toda la vida (depósitos a plazo, pagarés bancarios o cuenta de alta remuneración), que se han visto afectados por el abaratamiento en el precio del dinero por parte del Banco Central Europeo. Pero, ¿cuánto cuesta contratar uno? A continuación se detallan las comisiones que conllevan estos productos.

¿Cuáles son las comisiones de los fondos de inversión?

El abaratamiento del dinero ha provocado que buena parte de los ahorros se hayan dirigido hacia los fondos de inversión como alternativa para rentabilizar el patrimonio de los usuarios. No obstante, una de las dudas que plantea su contratación es cuánto dinero va para las comisiones. Lo primero que hay que saber es que presentan diferentes tasas, algunas de ellas obligatorias y otras optativas, en función de los modelos confeccionados por las gestoras. No todos los fondos presentan los mismos gastos.

Una de las características más relevantes de los fondos de inversión es que, a diferencia de otros productos financieros, estos tienen varias comisiones. Aunque esto no quiere decir que en todos los casos se apliquen a sus titulares. Afectan tanto a las carteras basadas en renta variable como fija o incluso a los modelos alternativos.

Hay una comisión mínima que habrá que cumplimentar al contratarlos. Su cuantía no es fija y está impuesta por las gestoras y los bancos. Oscila entre el 0,50 % y 2,25 % anual sobre el capital invertido.

Y como no todos los fondos de inversión son iguales, tampoco lo son sus comisiones. En cualquier caso, se deducen del valor de liquidación del propio fondo, al cargarse directamente sobre el mismo. Como consecuencia de su gestión, los titulares no perciben su aplicación y casi no afecta a la rentabilidad que puedan generar los fondos de inversión. Pero lo más interesante es conocer cuáles son las comisiones que pueden ser aplicadas en este producto destinado a la inversión para detectar si en realidad merece la pena contratarlos o no.

Comisiones fijas en todos los fondos de inversión

De entre todas ellas, la de gestión y la de depósito son las más habituales y siempre están presentes al suscribirlos. Estas comisiones obligatorias son cobradas por la gestora y el depositario y ya están deducidas sobre su valor de liquidación. Es decir, están descontadas de sus posibles beneficios y, por tanto, no hay que desembolsar ningún importe. No obstante, y aunque son muy parecidas entre sí, presentan alguna diferencia entre ellas:

  • La primera es cobrada por la gestora. En ninguno de los casos puede sobrepasar el límite del 2,25 % sobre el patrimonio del fondo.
  • La de depósito es aplicada por la entidad depositaria, es decir el banco, por las tareas administrativas que realiza. También tiene un límite legal del que no puede excederse y que en este caso queda establecido en el 0,2 % anual sobre el patrimonio del fondo suscrito.

Una nota predominante es que estos porcentajes son más altos cuando la complejidad del fondo es mayor. Es decir, en general, un fondo de inversión de renta variable tiene comisiones más altas que otro basado en fija, al igual que si los activos financieros proceden de áreas geográficas muy alejadas del lugar de contratación. En este sentido, hay que destacar que casi siempre los fondos nacionales son más baratos que los internacionales.

Gastos opcionales de los fondos de inversión

Bien diferentes son las comisiones de suscripción y de reembolso, ya que se ejecutan en el momento de realizar estas operaciones a través de porcentajes que se deducen de cada uno de estos movimientos. No obstante, es muy frecuente que estén exentos de estos gastos al no ser obligatorios. Son los que más encarecen su contratación, con un límite más amplio que en las restantes comisiones que coincide con el 3 % sobre el importe suscrito o reembolsado. Y hay un pequeño matiz en su aplicación, ya que la primera de las comisiones se ejecuta cuando el cliente compra participaciones del fondo. Por el contrario, el de reembolso se materializa en su venta.

Por otra parte, tampoco puede olvidarse que hay otras tasas más desconocidas y a la vez infrecuentes que se derivan del proceso administrativo: gastos de envío, folletos de información, etc., cuyas cuantías apenas afectan a la rentabilidad de la operación.

La última novedad: comisión de éxito

La última tasa en aterrizar al mercado está motivada por un modelo de gestión diferente, basado en cobrar un porcentaje de los beneficios, si se consigue un objetivo mínimo en los mismos. Se trata de una estrategia muy rentable para los inversores, ya que indicará que las plusvalías generadas han sido muy importantes. En caso de no llegar a estos niveles de retorno al ahorro, el cliente no pagará un solo euro por este concepto. El importe de esta comisión es mucho más flexible que las anteriores y puede alcanzar el 20 %. La irrupción de esta comisión se debe a un deseo de las gestoras por despertar el interés entre los clientes para que acepten estos fondos de inversión.

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