¿Dinero rápido? Cinco peligros de los minicréditos

Las plataformas financieras on line ofrecen microcréditos bajo una estrategia basada en la facilidad, rapidez y ausencia de requisitos, pero también con muy altos intereses
Por José Ignacio Recio 22 de diciembre de 2015
Img 6722544475524a721154b
Imagen: 401(K) 2012

Las principales plataformas financieras por Internet facilitan la contratación de pequeños créditos, que no necesitan vinculaciones, avales, ni tan siquiera estar libre de listas de morosos. Bajo una fórmula de contratación on line muy rápida, a los pocos minutos desde su concesión se dispone del importe solicitado en la cuenta. No obstante, estos microcréditos tienen una desventaja: exigen pagar unos intereses más elevados que los préstamos tradicionales. En este artículo se recoge la información necesaria para saber qué son los minicréditos y cómo conseguirlos, pero también los peligros serios implican.

Imagen: 401(K) 2012

Microcréditos: préstamos desde 50 euros

¿Dinero rápido y con todo tipo de facilidades? Las opciones para satisfacer esta demanda pasan por las ofertas que presentan las plataformas financieras on line. Un buen número de estos prestamistas se encargan de proporcionar esta vía de financiación tan especial a los usuarios que necesitan una punta de liquidez en sus cuentas, en general para afrontar gastos no previstos o incluso saldar deudas ante terceros.

Conceden préstamos muy pequeños, entre 50 y 800 euros, y así cubren una oferta que no está comercializada por los bancos. Una diferencia que brindan para su formalización es que los requisitos son sensiblemente menores, sin la necesidad de presentar una nómina u otros avales como garantía. Su tramitación, por otra parte, es casi inmediata y, a las pocas horas desde su solicitud, sus demandantes tienen el importe en su cuenta corriente para destinarlo a cualquier finalidad.

Con mayores intereses

Todas estas ventajas hacen muy difícil rechazar las propuestas que lanzan las plataformas financieras. Pero ¡mucho cuidado! Las facilidades que ofrecen exigirán un esfuerzo económico mayor, con tipos de interés por encima del 20% y hasta con penalizaciones muy gravosas. Pero no será su única aportación, ya que conllevan plazos de amortización ultrarrápidos, que no exceden de los 30 días. De no ser así, los incumplimientos serán muy costosos para sus demandantes, con el agravante de ir acumulando más deuda.

Con el afán de llegar a un mayor número de clientes, estas plataformas han elaborado diferentes ofertas promocionales: desde no cobrar intereses en la primera solicitud, hasta proporcionar descuentos de hasta el 25% en la concesión de los préstamos. Los nuevos clientes son recompensados con sugerentes propuestas, con el único objetivo de fidelizarlo en este servicio financiero.

Cinco peligros de los minicréditos

Pero no todo es positivo en su formalización. Si se contrata uno de estos productos, hay que revisar bien la letra pequeña y, una vez comprobadas todas sus condiciones, reflexionar sobre la conveniencia o no de suscribirlos, en función de la situación personal y la facilidad para acceder a otras fuentes financieras menos gravosas.

En condiciones normales, puede que no merezca la pena demandar importes tan pequeños que necesariamente tendrán que devolverse en muy poco tiempo, quizás días, y es seguro que habrá otras opciones más ventajosas para conseguir la financiación. No será desde el banco de toda la vida, sino procedentes de alternativas más originales: en el entorno familiar, préstamos entre particulares… En cualquier caso, será imprescindible plantearse las siguientes situaciones:

  • Hay que responder del pago en plazos muy rápidos, sino se quiere comprobar cómo las penalizaciones aumentarán la deuda.
  • Sus facilidades son irrechazables en algunos casos, pero a cambio de abonar unos intereses más elevados de lo habitual, que pueden llevar a niveles de endeudamiento que no se puedan soportar.
  • A pesar de que no demandan la nómina del trabajo, su concesión requerirá la presentación de unos ingresos regulares o, directamente, una garantía de pago (vivienda, coche, etc.).
  • Tratarán de fidelizar al cliente a través de sugerentes propuestas, para después endurecer las condiciones, que ya no serán como al principio.
  • Y si al final se contrata alguno de estos préstamos, el usuario deberá tener en cuenta el pago final que habrá que desembolsar en cada operación (comisiones, gastos, penalizaciones e intereses).
Microcréditos: desde los bancos, pero con más vinculaciones

El sector bancario, para contrarrestar la oferta que desarrollan estas plataformas, ofrece pequeños préstamos a partir de 500 euros, bajo un interés más competitivo, que se mueve en una horquilla que va del 7% al 13%. A cambio pide más requisitos para formalizar el contrato. Normalmente lo hace a través de la domiciliación de la nómina (o ingresos regulares), pero también de los principales recibos domésticos (agua, luz, gas, etc.). Incluso será necesario contratar otros productos, en general cuentas y tarjetas de crédito o débito.

De reunir estos requisitos podrá accederse a una amplia oferta de estos productos, que se presentan bajo diferentes modalidades: bonificados, preconcedidos y hasta para utilizarlos desde los cajeros automáticos. Con frecuencia son proporcionados sin comisiones, para evitar que sus demandantes afronten más gastos en su formalización, y con plazos de amortización, a diferencia de las propuestas de los prestamistas on line, más expansivos, que pueden alcanzar hasta los cinco años.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube