Los créditos instantáneos, también en la banca tradicional

Entidades financieras, y ahora también los bancos tradicionales, ofrecen créditos de entre 600 y 60.000 euros presentando la nómina y el documento de identidad, pero con intereses de hasta un 25%
Por Carlos Astorelli 18 de agosto de 2007

Basta con mirar la televisión para descubrir que la pantalla rebosa de tentaciones para el ciudadano: viajes, nuevos móviles y regalos costosos al alcance de todos, independientemente del poder adquisitivo que se disponga. El acceso a productos que hasta ahora podía resultar inimaginable parece posible solicitando los denominados créditos rápidos que ofrecen entidades financieras en pleno auge. Ofrecen entre 600 euros y 60.000 euros en 48 horas, presentando sólo la nómina y el documento de identidad. La clave está en los intereses que cobran: hasta un 25%.

ImgImagen: Peter Lammers

Estas entidades financieras aplican tasas de interés de hasta un 25% TAE, más del doble de lo habitual en los préstamos bancarios

En relación a este tema se ha disparado la polémica sobre el desembolso ‘real’ que luego tienen que afrontar los consumidores que acceden a estas líneas de crédito. En principio, pueden parecer un alivio momentáneo, porque la cuota mensual que se debe abonar parece ínfima en comparación con la cantidad demandada por el cliente. Sin embargo, a largo plazo, pueden convertirse en una carga difícil de llevar y en un arma de doble filo.

Estas entidades financieras aplican tasas de interés de hasta un 25% TAE, más del doble de lo habitual en los préstamos bancarios. El TAE es el porcentaje efectivo anual que se pagará por recibir un préstamo y no se centra sólo en el interés: se calcula por medio de una fórmula que incluye también la frecuencia de los pagos (mensual, bimestral, o la que se haya pactado), las comisiones bancarias y otros gastos o ingresos de la operación. Es el valor que por ley debe figurar en los contratos y publicidades de créditos.

Un sector que sigue creciendo

Las empresas más conocidas del sector son Mediatis, Eurocrédito y Codifis. Pero, ante el auge que están teniendo los créditos rápidos, los bancos tradicionales han comenzado a abrir financieras especialmente para este negocio, como Bancopular-e, que ofrece distintos productos en la línea de créditos rápidos, o Dinero Express, del BBVA. Por otra parte, los bancos tradicionales ya ofrecen productos de este tipo a sus propios clientes a través de cajeros automáticos y teléfonos móviles.

Se estima que en 2005 el sector de los créditos rápidos movió 1.000 millones de euros

Otro sector importante que brinda efectivo a los clientes son las grandes cadenas que, asociadas a bancos y entidades financieras, suman a las tarjetas de compra o a los créditos asociados (los que se brindan en la tienda para financiar la compra), el negocio del préstamo de efectivo. En sus diversas variantes, el dinero rápido es un sector de la economía en pleno crecimiento tanto por el volumen de sus operaciones como por la cantidad y variedad de firmas que participan en él. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que en 2005 movió 1.000 millones de euros. Según el Banco de España, los créditos al consumo, en general, alcanzaron los casi 200.000 millones de euros a fines de octubre de 2006, lo que supone un incremento del 17,2% respecto al año anterior.

Alto riesgo para el cliente y elevadas ganancias para bancos y financieras

En principio, el proceso es veloz, fácil y cómodo. Los requerimientos son el DNI y la última nómina. Es decir, lo que queda comprometido en caso de falta de pago es el sueldo de quien solicita el crédito. Mediante una llamada de teléfono o a través de Internet es posible contactar con estas empresas, que inicialmente solicitan que se responda a un cuestionario personal. Después, la compañía financiera envía diversos formularios por correo ordinario al solicitante para que, una vez completados sean remitidos de nuevo a la empresa que valoraá la situación del demandante. En caso de ser positiva, la entidad procede al ingreso del efectivo en su cuenta bancaria.

Uno de los principales ‘atractivos’ de estos créditos es que se pueden adquirir sin necesidad de especificar en que será utilizado, garantizando una confidencialidad absoluta para el cliente, a diferencia de los ofrecidos por los bancos tradicionales, que sí solicitan que se especifique el destino final del préstamo requerido. Estas financieras argumentan que los altos intereses que cobran por los créditos ofrecidos se deben, en parte, a que no solicitan garantía de solvencia. Sin embargo, analistas del sector aseguran que realizan la misma evaluación de riesgo que las entidades tradicionales. No obstante, algunas compañías entregan el préstamo aun cuando el cliente figura en las listas públicas de deudores. La causa de que asuman este riesgo son, también, las elevadas ganancias que obtienen.

Legalidad y precauciones a la hora de adquirir un crédito rápido

La mayoría de las empresas que ofrecen este tipo de productos operan dentro de la más absoluta legalidad. Se trata de Establecimientos Financieros de Crédito (EFC) que se diferencian de los bancos tradicionales, principalmente, porque no pueden captar depósitos. Por lo demás, como todo EFC, sus operaciones están supervisadas por el Banco de España (BDE) en la mayoría de los casos. Incluso detrás de muchas de estas compañías se encuentran grupos económicos de renombre como el francés BNP Paribas, o Laser-Lafayette.

No obstante, en el mercado de créditos también hay entidades financieras que operan al margen de la supervisión del Banco de España. Éstas trabajan con intereses aún más elevados que las primeras, y debido a que no se someten al control del Banco de España

presentan un mayor riesgo para el cliente. En todo caso, su página web permite comprobar si la entidad está registrada como establecimiento financiero de crédito y, por lo tanto, si está bajo su supervisión. También ofrece un canal para consultas y reclamos si no se está conforme con la entidad de crédito con que se opera.

A pesar de la legalidad de las empresas más conocidas del sector, hay que tener en cuenta que cada vez hay un mayor número de personas que pierden su casa porque no pueden hacer frente a los altos intereses de estos préstamos. Por ello, conviene tener en cuenta las siguientes cuestiones:

  • Plazos de entrega: Aunque los avisos publicitarios aseguran una entrega de entre 24 ó 48 horas, este tiempo no es real. El procedimiento de solicitud -envío de formularios, análisis de situación, etc.-, puede prolongarse hasta una semana. Una vez aprobado el crédito, es posible que la entrega del dinero se demore unas 48 horas.
  • Intereses: No se debe tener en cuenta el tipo de interés mensual nominal, sino el TAE. Esta es una información que deben incluir por ley en publicidades y contratos. Pero también hay que tener en cuenta que varía en función de que el interés sea fijo (el mismo a lo largo de toda la vida del crédito) o variable (el que se actualiza periódicamente). El TAE con un interés variable es en realidad un concepto teórico, porque no hay manera de saber cuál será la evolución del índice de referencia. Además, para comparar diferentes créditos posibles a la hora de decidirse, tienen que ser del mismo plazo. Esto se debe a que las comisiones en plazos distintos harán que varíe el TAE, ya que el tiempo es un dato que compone la fórmula para calcularlo.

    Además de los intereses, debe prestarse especial atención al plazo de devolución: cuanto más tiempo se tarde en devolver el crédito, más dinero se pagará en concepto de intereses.

    Quiénes solicitan créditos rápidos

    Hasta hace poco tiempo se afirmaba que los principales clientes de estos productos eran las amas de casa, debido a la gran cantidad de publicidad televisiva contratada en el horario matutino. Sin embargo, con el tiempo y la expansión del negocio, la publicidad comienza a emitirse a cualquier hora del día, además de leerse en la prensa, marquesinas de autobuses, etc.

    Los directivos de las principales entidades del sector coinciden al definir el perfil de su cliente. Se trata de hombres o mujeres de entre 30 y 55 años, con una renta mensual que oscila entre los 700 euros y los 1.500 euros. También coinciden en cuanto al destino que los solicitantes dan a este dinero. Mayoritariamente el préstamo se pide para solucionar una necesidad inmediata de efectivo para la satisfacción de un deseo de consumo relacionado con el placer y el ocio, así como para afrontar situaciones imprevistas. Referentes del sector también señalan que otro destino habitual de los créditos rápidos suele ser la cobertura de dinero que uno de los cónyuges ignora.

    Muchas son las situaciones por las que una persona puede necesitar dinero en efectivo extra. Para Román García, director de Crédit Ágil, el auge de este tipo de créditos se debe a que en España el gasto por habitante es muy inferior al de otros países por lo que en el momento de hacer una compra se busca financiación externa.

    Otro destino habitual de los créditos rápidos suele ser la cobertura de dinero que uno de los cónyuges ignora

    En este contexto, se ha iniciado por un lado la polémica sobre el posible ‘abuso’ del sector en el cobro de altos intereses, perjudicando la economía del consumidor. Sin embargo, por otro, con el crecimiento del negocio se ha desarrollado también la competencia, por lo que los bancos tradicionales han ampliado el abanico y actualizado sus productos, haciéndolos más accesibles, inmediatos y seguros. En cualquier caso, lo más conveniente es evitar el endeudamiento. Pero si esto no es posible, lo más aconsejable es que, antes de solicitar un crédito de estas características, se analice ‘con lupa’ los contratos para evitar futuras sorpresas o afrontar situaciones de imposibilidad de pago.

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