Entrevista

María Balaguer Franch, coautora del Observatorio de Inversión Socialmente Responsable de la escuela de negocios ESADE

Muchos españoles desconocen que sus inversiones pueden ser éticas
Por Carlos Astorelli 20 de septiembre de 2007
Img maria balaguer

La Inversión Socialmente Responsable (ISR) promueve el comportamiento ético de las empresas en su actividad diaria, a través de la inversión financiera. Ello ha provocado la aparición, desde hace unos años, de fondos de inversión éticos, así como nuevos índices y productos financieros bajo el lema del desarrollo sostenible. María Rosario Balaguer Franch es investigadora del Instituto de Innovación Social de ESADE y coautora del Observatorio de la Inversión Socialmente Responsable, publicación anual de esta escuela de negocios que recoge la evolución y tendencias de estas inversiones, y busca incorporar en la política de inversión criterios sociales y medioambientales de análisis sobre el comportamiento de las empresas. Esta especialista explica qué es una inversión responsable, su situación en España, cómo funciona y de qué manera puede realizarse.

Qué se entiende por Inversión Socialmente Responsable (ISR)?

Es un tipo de inversión que incorpora a la tradicional lógica financiera, criterios sociales y medioambientales. Consiste en dirigir el ahorro e invertir como accionistas -a través de un fondo de inversión o pensiones- en compañías seleccionadas según su rentabilidad, pero también por el impacto social y medioambiental de sus actuaciones empresariales.

¿Cómo se realiza esta inversión?

La ISR se articula a través de instrumentos de inversión colectiva, como los fondos de inversión y de pensiones, tanto a nivel internacional como en España. No obstante, dentro de la ISR se puede incluir un amplio abanico de instrumentos financieros, desde productos de banca ética (microcréditos y depósitos éticos) hasta fondos solidarios.

¿España está a la altura del resto de países europeos en este tipo de inversiones?

Si se compara con otros países de Europa, en el mercado financiero español estos fondos son todavía un sector residual. Pese a que en el último año se ha observado un cierto dinamismo e impulso, el balance de las últimas cifras es aún moderado. Son varios los factores que pueden explicar esta situación: el débil impulso de las instituciones de gestión de fondos y los grupos financieros españoles, así como el escaso apoyo y promoción por parte de la Administración Pública y la falta de demanda por parte de los inversores, especialmente los institucionales.

“En España estos fondos son todavía un sector residual”

¿El inversor español es entonces más irresponsable?

No. Yo diría que desconoce que hay un sistema para exigir que sus inversiones tengan un componente social, medioambiental y ético. Existen carencias en la transmisión de la información sobre el comportamiento socialmente responsable de las empresas y los criterios bajo los que se conforman los fondos socialmente responsables. Hasta la fecha, estos fondos no han tenido la comercialización que cabía esperar y tampoco se han desarrollado herramientas para darlos a conocer.

¿Qué determina que una empresa sea más responsable y sostenible que otra?

Se analizan la sostenibilidad, la gestión del riesgo y la responsabilidad social como principales elementos. Así, para elaborar el catálogo se tiene en cuenta el comportamiento de la empresa en el ámbito extrafinanciero. Existen diferentes indicadores que permiten medir el grado de responsabilidad social de las empresas, en función de las respuestas que da a las necesidades de los consumidores, o los de otras empresas que producen en el mismo sector e interactúan con ellas, entre otros.

“Los principales elementos que se analizan son la gestión del riesgo y la responsabilidad social”

¿Quiénes analizan esos parámetros?

Las agencias de rating social; cumplen un papel clave porque evalúan si cumplen con los requisitos de responsabilidad adecuados. Estas agencias recopilan y analizan información corporativa disponible en bases de datos externos, memorias o informes de sostenibilidad, e incluso a través de cuestionarios remitidos a las empresas. Contrastan la información con los principales grupos de interés y la ordenan para ofrecer información al mercado.

¿Qué industrias y negocios están fuera del parqué para la ISR?

Sectores como la armamentística, la energía nuclear, la pornografía, el tabaco o el alcohol… No obstante, los sectores de exclusión han variado y, más que castigar, se trata de premiar con la ISR. La corriente que se va imponiendo integra criterios económicos, medioambientales y sociales en la evaluación tradicional de las carteras financieras, invirtiendo en las mejores empresas de cada sector.

“La corriente que se va imponiendo integra criterios económicos, medioambientales y sociales en la evaluación tradicional de las carteras financieras”

¿Hay algún índice financiero que clasifique a estas empresas?

Hay más de una docena de índices socialmente responsables, algunos de los cuales llevan el sello de entidades tan reconocidas como el Dow Jones o el Financial Times. El prestigio de estas empresas y el interés en la ISR ha provocado que muchas compañías se hayan interesado en conocer los requisitos y condiciones para formar parte de estos índices que, como cualquier otro, sirven de referencia a gestores e inversores para comparar el rendimiento de los fondos de inversión socialmente responsables con otros fondos e índices tradicionales.

¿Qué diferencia hay entre una ISR y un fondo solidario?

Mientras que la ISR persigue influir en el comportamiento social y medioambiental de las empresas, los fondos solidarios ceden una parte de la comisión de gestión o de depósito a entidades benéficas: ONG, fundaciones…, pero no realizan preselección de la cartera de inversión en función de criterios de responsabilidad de las empresas. Los fondos solidarios son una forma alternativa y complementaria de financiar ONG o proyectos sociales y de desarrollo; son una peculiaridad del mercado financiero español, ya que en ningún otro lugar de Europa se considera que este tipo de fondos sean ISR. No obstante, también hay algunos fondos socialmente responsables que son, a su vez, solidarios y que también ceden una parte de la comisión de la gestión o de depósito a entidades benéficas, aunque no suele ser lo habitual.

Muchos particulares consideran escasa la aportación que hacen los fondos a las ONG. ¿Qué proporción de las ganancias se destina a ayudas solidarias?

La aportación realizada suele variar entre el 0,4% y el 21% de la comisión de gestión y de depósito aplicadas sobre el patrimonio total del fondo, dependiendo de estos.

¿Qué porcentaje de la ganancia se lleva la gestora del fondo y qué porcentaje el inversor?

En este punto no hay nada establecido. La gestora ingresa únicamente la comisión de gestión, puesto que no es práctica habitual cobrar comisiones de éxito en este tipo de productos. Los inversores, reciben la rentabilidad neta como en cualquier otra inversión, dependiendo de la gestión que se haga de los fondos, tal y como sucede en los fondos convencionales.

¿Qué garantía tiene el inversor de que su dinero se destine a ayudar?

La transparencia y la investigación ética definen este tipo de inversión, por tanto las garantías son del 100%. La propia estructura del fondo garantiza, a través de diferentes mecanismos (equipos de investigación e instituciones de control), que la gestión del fondo se realice conforme al ideario ético establecido, y que se invierta en los sectores y empresas elegidos. En el caso de los fondos solidarios, la propia entidad gestora informa cada seis o doce meses del importe de los donativos efectuados a las distintas ONG. Por lo tanto, hay canales de información establecidos que garantizan la transparencia en la gestión de dichas inversiones.

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