En momentos como el actual, son numerosas las familias españolas que recurren con excesiva facilidad a sus tarjetas de crédito para tratar de llegar a final de mes de la mejor manera posible. Pero conviene tener cuidado, ya que su uso puede acarrear efectos contraproducentes y llevar a sus titulares a un excesivo nivel de endeudamiento. El siguiente artículo repasa algunas de las pautas para utilizar la tarjeta de manera racional.
Tarjetas: recortar gastos
En plena crisis, hay miles de familias que recurren a su tarjeta de crédito para tratar de llegar a fin de mes. Quizás sea hoy la única alternativa para numerosas personas, ante la limitación de sus ingresos regulares.
Pero esta práctica, tan común entre los consumidores españoles, no es del todo acertada. Conviene tener cuidado, ya que su utilización puede efectos contraproducentes. Un uso irracional o desproporcionado con respecto a sus ingresos puede originar problemas graves en la cuenta corriente de sus titulares.
Los adelantos obtenidos con tarjeta hay que pagarlos y, además, con intereses y comisiones
En algunos casos se tiende a pensar que se puede disponer de fondos sin límite alguno. Pero no es así, pues estos adelantos (como en cualquier clase de créditos) habrá que devolverlos en los plazos y cuotas delimitadas por la propia entidad. Y, también como en todo préstamo, hay que pagar intereses que no se caracterizan por ser baratos: oscilan entre el 7% y el 15%, en función del tipo de tarjeta.
A ello hay que sumar las comisiones derivadas del uso de las tarjetas de crédito: emisión, renovación y tenencia, retirada de efectivo y transferencia de fondos… Y hay que añadir, además, las comisiones por excedido (que se cobran cuando el usuario sobrepasa el límite establecido).
Uso racional del crédito en las tarjetas
Para no endeudarse en exceso y gastar de manera racional al utilizar la tarjeta se pueden seguir estos hábitos:
Evitar, bajo cualquier circunstancia, sobrepasar los límites de la tarjeta, ya que esto generará el pago de comisiones por reclamación e intereses por descubierto. Por eso, es necesario conocer sus límites y, de no saberlo, llamar a la entidad emisora para recabar el dato y no verse afectado por esta circunstancia.
Hay que saber que este dinero habrá que reponerlo en sus plazos correspondientes, con un tipo de interés que oscila entre el 7% y 15%.
No retirar dinero de la tarjeta de crédito de manera continua; es mejor pagar en efectivo o a través de una de débito, y emplear la de crédito solo para los casos más urgentes o gastos imprevistos.
Aprovechar sus ventajas, como usarla para realizar una reserva en servicios turísticos (hoteles, avión, alquiler de coches, talonarios, etc.), tanto en su formalización tradicional como on line. Las empresas de reserva exigen a sus clientes el pago a través de una tarjeta de crédito.
Evitar, dentro de lo posible, la retirada de efectivo de los cajeros automáticos, para evitar un pago excesivo en comisiones. La solución es utilizar cajeros de la propia red o banco. Por lo que respecta a estas operaciones en el extranjero, se debe llevar a cabo la misma estrategia para contener los gastos que se aplicarán a final de mes y que pueden ser más costosos.
Llevar una contabilidad disciplinada de los gastos realizados en estas tarjetas, para no sobrepasar sus límites, y controlar su uso.
Siempre que se pueda, se debe optar por otros medios de pago que no generen comisiones ni tipos de interés.
Se puede suprimir la cuota de mantenimiento, con solo suscribir una cuenta con recepción de la nómina.
Basta con disponer de una tarjeta de crédito. Si son más, se duplicarán los servicios con un aumento de las cuotas anuales y las comisiones, lo que generará más gastos a sus usuarios.
