Renta fija privada. Otra forma de rentabilizar dinero

La rentabilidad que ofrecen los depósitos bancarios y la Deuda del Estado son insuficientes para lograr evitar que la inflación deteriore nuestro patrimonio, sobre todo si tenemos en cuenta el efecto fiscal. En el mercado de renta fija privada existen algunos activos con remuneración superior que pueden ser interesantes.
Por EROSKI Consumer 19 de marzo de 2003

¿Qué es la renta fija privada?

La Administración, cuando necesita financiación, emite Deuda Pública. De igual modo, la empresa, cuando precisa financiación, puede emitir títulos de Renta Fija Privada.

El inversor que adquiere los títulos de Deuda Pública (bonos, obligaciones, etc.) cobrará por haber prestado dinero al Estado el tipo de interés pactado; mientras que, el que haya adquirido los títulos emitidos por empresas a las que presta su dinero, recibirá de ellas esta remuneración.

Sin embargo, los títulos emitidos por empresas (pagarés de empresa, bonos, participaciones preferentes, etc.) pagan normalmente un mayor tipo de interés que las emisiones realizadas por el Estado. Esto tiene una explicación, y es que si ambos títulos dieran el mismo tipo de interés, todo el mundo preferiría comprar títulos con la garantía del Estado que con la de una empresa (mayor solvencia, etc).

Ejemplo: la emisión que actualmente realiza Endesa de «Participaciones Preferentes». Esta emisión, contratable actualmente en bancos y cajas ofrece un interés mínimo del 4% y un máximo del 7% si suben los tipos de interés. Esto durante 10 años. Pasados esos años la remuneración es del Euribor a 3 meses + 3,75%

¿Tenemos riesgos?

Los riesgos que asumimos al comprar algún título de renta fija privada serían:

–Por un lado, el principal riesgo sería que a la empresa le pudiera ir mal y que no cobráramos. Para evitar este tipo de riesgo debemos asegurarnos de comprar bonos de empresas conocidas, solventes y con beneficios recurrentes (que vayan bien). En este sentido, los emisores más habituales suelen ser empresas concesionarias de autopistas, bancos, cajas y empresas eléctricas.Como no todo el mundo conoce cómo van las compañías emisoras, hay unas empresas llamadas de «rating» que califican los títulos que emiten. Con ello permiten que el inversor pueda tomar una decisión sin necesidad de investigar la empresa.

–En segundo lugar, el riesgo de cambio en los tipos de interés o las expectativas de la empresa. Este es un riesgo que no debemos tener en cuenta si el dinero que hemos invertido no lo necesitamos hasta el vencimiento del activo (pues, en este caso, cobraremos lo pactado) porque, además, si sabemos de antemano que lo podemos necesitar en cualquier momento, tampoco podemos conocer si a la hora de vender lo que compramos por un precio puede tener uno superior o inferior, con lo que obtendríamos minusvalías o plusvalías.

Un ejemplo: Compramos un bono que nos cuesta 1000 euros y nos va a dar 40 euros al año (4%). Ahora supongamos que los tipos de interés suben digamos al 6%. Esto significa que las emisiones de bonos nuevas deben pagar el 6%. Sin embargo, la nuestra que compramos hace un tiempo da el 4%, por lo que si queremos vender, ya no podremos vender a 1000 euros sino a menos dinero porque nadie querría nuestro 4% pudiendo acceder al 6% (para ello deberemos de bajar el precio lo suficiente para que quién nos compre cobre el 6%). En este caso perderemos en la venta.

¿Cómo informarse?

En internet puede informarse de estos títulos a través del mercado de renta fija privada (A.I.A.F.) en www.aiaf.es, también la web de la Bolsa de Madrid (www.bolsamadrid.es). Sin embargo, si tiene alguna curiosidad lo mejor es que se acerque a su intermediario financiero, Caja o Banco para que le informen de las emisiones que hay en vigor, así como el importe que le aconseja invertir en este tipo de activo, pues siempre es bueno diversificar.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube