Los jóvenes españoles valoran por encima de todo la salud y las relaciones afectivas

El 83% está satisfecho con su vida, aunque la gran mayoría ve negro su futuro laboral
Por EROSKI Consumer 1 de mayo de 2002

Al igual que los adultos, los jóvenes españoles también establecen una jerarquía clara de valores a los que dan prioridad por encima del resto. Lo curioso es que, en buena medida, coinciden con los mayores. La salud y los afectos, familiares o amorosos, destacan en sus preferencias por encima de otros factores como el trabajo y el dinero, según un sondeo elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que constata además la buena imagen que los jóvenes tienen de sí mismos.

El sondeo se basa en una muestra de 1.500 personas, entre los 15 y los 29 años, que por abrumadora mayoría se declaran satisfechos con su vida (83%); un 15% incluso se siente «muy satisfecho», mientras el 68% dice estarlo bastante. El resto, por el contrario, muestra una evidente insatisfacción personal.

La encuesta, que se repetirá cada trimestre, completa el cuadro sobre la juventud española trazado por el Instituto de la Juventud (Injuve) en su informe cuatrienal. El último, correspondiente al año 2000, coincide en buena medida con los datos que ayer presentó su directora, Elena Azpiroz, sobre la escala de prioridades predominantes en este segmento de la población. Encuesta y estudio apuntan en la misma dirección: la salud es lo primero. Le siguen los afectos, familia, amigos y amor.

Por detrás de estos aspectos figuran otros como el trabajo, ocio, los estudios, el dinero y el sexo. Este último punto -señaló Azpiroz- tiene «bastante importancia» para los jóvenes, pero muy por detrás de los anteriormente citados.

Con un mercado de trabajo pobre en empleo estable para los jóvenes, éstos ven negro su futuro laboral. Por ello, no es de extrañar que, preguntados por los temas que más preocupan al conjunto de la sociedad española, la mayoría de los jóvenes señalen al paro como el principal.

Pesimismo económico

En lo económico, la juventud española también se muestra más bien pesimista. Más de la mitad de los entrevistados considera el panorama sólo regular y no ve razones para pensar que mejorará. Al vivir muchos jóvenes bajo el manto protector de los padres, resulta lógico que buena parte de ellos (40%) se muestren más optimistas sobre su situación económica personal que sobre la coyuntura nacional.

Puestos frente al espejo, los jóvenes se perciben como un colectivo solidario, desinteresado, tolerante y comprometido con causas nobles. Dicen ser, además, «más contestatarios y menos conformistas que sus padres». En este juicio benevolente también hay un cierto lugar para la autocrítica: se consideran menos maduros y más dependientes que sus progenitores a su misma edad.

Para Azpiroz, el autorretrato positivo de los jóvenes no se ajusta a la realidad que luego trazan las cifras de los grandes estudios sociológicos, menos halagüeña y con bajos niveles de participación juvenil en proyectos solidarios o en compromiso humanitario.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube