Cómo prepararse frente a una inundación

Con la llegada de la temporada estival, los riesgos de inundación se multiplican por la denominada "gota fría".
Por EROSKI Consumer 22 de junio de 2004

Para prevenir los fuertes episodios de lluvias, más típicos en estas fechas, y sus grandes avenidas de agua, existen algunas medidas de protección adoptadas por las autoridades competentes que encargan, por ejemplo de:

-Disponer peones en vías públicas, oficiales de fontanería, electricistas y encargados de servicios generales, todos ellos perfectamente equipados para intervenir en cualquier momento.

-Proceder a la limpieza de cunetas, canalización de aguas pluviales e imbornales de las carreteras.

-Inspeccionar por medio de guardias fluviales el cauce de barrancos, con el objeto de evitar taponamientos que precipiten el desbordamiento de los ríos.

-Vigilar especialmente las obras cercanas a cauces y barrancos, ya que estas ocupan sus inmediaciones con materiales de fácil arrastre.

-Alquilar generadores de suministro de energía eléctrica en caso de cortes en el fluido, así como de agua potable.

Estas medidas se complementarán con la asistencia del teléfono de emergencia 112 y con las precauciones que cada uno de nosotros tome. La Dirección General de Protección Civil, aconseja que:

–Revisemos periódicamente los tejados, ventanas y bajantes de agua.

–Guardemos la documentación importante en lugares seguros, y retiremos los productos tóxicos, como los herbicidas e insecticidas, de los lugares por donde podría pasar el agua.

–Desalojemos cualquier acumulación de escombros (hojas, tierra…) próximos a la vivienda y retiremos del exterior cualquier objeto que pueda ser arrastrado por el agua.

–Nos proveamos de linterna y botiquín de primeros auxilios y de aquellos medicamentos utilizados usualmente, así como de alimentos y ropa de abrigo.

–Desconectemos la energía eléctrica de toda la vivienda.

–Procuremos tener con nosotros una radio de pilas para estar informados sobre las medidas sanitarias a seguir.

–En caso de sufrir una inundación repentina, acudir al lugar más seguro sin titubeos y abandonar sótanos y garajes.

–Subir al punto más alto del lugar donde nos encontremos para evitar la riada.

–Una vez pasado el peligro, conviene revisar la vivienda para descartar la posibilidad de derrumbamiento o deformaciones y grietas en muros y tejados.

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