¿Adiós al aire acondicionado? El efecto botijo enfría la casa y es más barato

Aprovechar el mecanismo del botijo para refrescar una vivienda es eficiente y 10 veces más económico que el aire acondicionado
Por Eva San Martín 12 de julio de 2018
Img botijos
Imagen: Pixabay

 

El botijo es alta tecnología. Esta vasija de barro se utiliza desde hace siglos para refrescar el agua. Y, a pesar de la expresión “eres más simple que el mecanismo de un botijo”, en realidad el proceso por el cual un botijo, o cualquier recipiente de cerámica porosa, enfría el agua que hay en su interior es más que curioso. Y resulta tan práctico que este sistema es utilizado en varios aparatos y hasta por arquitectos para enfriar la casa sin gastar dinero. A continuación, en este artículo explicamos varias aplicaciones domésticas del llamado “efecto botijo”.

El botijo logra descender la temperatura del agua hasta 10 ºC gracias a la evaporación, un sistema que también usan los arquitectos para enfriar las casas que idean

El modus operandi del botijo consiste en que el agua se filtra por los poros de la arcilla y en contacto con el ambiente exterior se evapora, enfriando la que queda dentro. El secreto mejor guardado del botijo y la clave que logra mantener frío el líquido está, entonces, en la evaporación del agua.

Como explica la dinámica de fluidos, el agua que se evapora necesita energía para pasar de líquido a gas. En el caso del botijo, esa energía la toma del agua: de este modo, cuando parte del agua se evapora, el líquido que permanece dentro se enfría.

El mecanismo del botijo es más eficiente en condiciones favorables, es decir, cuando la humedad del ambiente no es demasiado alta ni la humedad del entorno es excesiva. Y cuando todo funciona a pleno rendimiento (a unos 30 ºC de temperatura y una humedad relativa del 40 %), la temperatura del agua puede llegar a reducirse hasta unos 10 ºC en poco más de una hora. Eso sí, no lo barnice ni pinte, porque perderá su porosidad y, con ella, su potencial refrigerante.

Cómo enfría el efecto botijo una casa El efecto botijo permite ahorrar dinero en la factura eléctrica y mantener la casa fresca. Los aparatos evaporadores aprovechan el efecto botijo, pues al convertir el agua líquida en vapor, esta absorbe calor del aire. En general, este tipo de aparatos se combinan con un ventilador para repartir el aire fresco por la habitación. Y su efecto se nota: bajan la temperatura con facilidad los 3 o 4 ºC cruciales, según la Fundación Vida Sostenible, y su consumo energético es diez veces inferior al de un acondicionador de aire convencional.Img casa botijo artImagen: unsplash

Así es una casa botijo Las escuelas de Arquitectura de las universidades de Sevilla, Málaga y Granada y la Politécnica Superior de Jaén han diseñado una vivienda, que han bautizado como Patio 2.12, que se fundamenta en un «efecto botijo» para conseguir la autorregulación de la temperatura de sus habitaciones.

Para mantener una adecuada aclimatación, sus creadores han simulado el efecto de un botijo en cada cuarto. Han recubierto la pared exterior con una cámara de aire cerámica, que tiene unos canales en su interior que produce un riego por goteo. La cerámica, cuando se humedece y transpira, enfría mucho la fachada, dice Rodrigo Morillo-Velarde, gestor de este proyecto.

Como en un botijo, la combinación agua y cerámica enfría la vivienda en verano. Y, sin agua, en invierno la cerámica conserva el calor. Para ser sostenible, y no derrochar recursos naturales, el riego por goteo de una casa botijo reutiliza las llamadas aguas grises, como las sobrantes del lavado de los platos y la ropa.

Una vez en las paredes del hogar, con el calor el agua se evapora enfriando la cerámica, igual que hace un botijo. De este modo, la temperatura dentro desciende -y lo mejor de todo- sin necesidad de encender el aire acondicionado.

Una nevera botijo para enfriar alimentos Y el efecto botijo aún tiene otra aplicación doméstica más: crear una nevera sin electricidad donde mantener los alimentos frescos. El funcionamiento de esta llamada nevera del desierto se fundamenta en dos vasijas de barro de diferentes diámetros, una metida dentro de la otra.

El truco para lograr el ansiado efecto botijo, y refrigerar así la comida, es rellenar el espacio entre ambos recipientes con arena mojada. El agua de la arena se evapora al estar en contacto con la vasija exterior, más caliente. Pero para hacerlo, «roba» calor (por las leyes de la termodinámica) y el recipiente interno baja unos dos grados de temperatura.

Este sistema resulta idóneo para mantener la fruta y la verdura algo más fresca en verano cuando no hay electricidad cerca. Eso sí, recuerde mantener la arena siempre húmeda para tener su particular nevera botijo.

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