El sofá

Una forma de economizar es elegir una composición a base de módulos compactos y de formas rectas
Por EROSKI Consumer 6 de febrero de 2002

Cuando se desea comprar un sofá ha de tenerse en cuenta que el estilo, tamaño y ubicación del mismo revisten gran importancia al condicionar en buena medida de la distribución de todo el salón. En términos generales, los tapizados en colores claros aligeran la presencia del sofá, por lo que son ideales cuando se dispone de poco espacio en el salón o sala de estar. Una alternativa a la medida del usuario, según sus posibilidades económicas, es la de optar por una composición a base de módulos compactos, de formas rectas y con cojines. Estos pueden ser grandes y cuadrados si las dimensiones del espacio donde se ubica el sofá son amplias.

Las combinaciones admitidas por las composiciones modulares incluyen la de rematar uno de los grandes módulos por una cómoda estructura tipo ‘chaise longue’. Al conjunto se le puede añadir con gran éxito estético otro módulo sin brazos y de asiento continuo que conforme por sí mismo un pequeño sofá de dos plazas de formas muy depuradas. Así se logra una ligera y cómoda composición en ‘U’ cuya capacidad abarca hasta ocho plazas. Muy prácticos son también los sofás con ruedas, sobre todo de cara a improvisar un mayor espacio libre modificando puntualmente la distribución o para una separación entre distintas zonas del mismo salón.

Si el espacio donde se ubica el sofá no es muy grande, éste se aprovechará al máximo con un modelo rinconero, que ofrece mucha capacidad sin restar metros útiles debido a que utiliza de la forma más rentable posible el ángulo y deja libre un gran espacio central.

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