La elaboración de un presupuesto personal de gastos

El mero hecho de intentar hacer un presupuesto individual pone de relieve la cuantía y la naturaleza de los propios gastos, y es una buena forma de adquirir conciencia sobre las necesidades de ahorro de cada uno.
Por EROSKI Consumer 8 de junio de 2004
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Un presupuesto particular es un plan de control de gastos que nos imponemos a nosotros mismos para organizar nuestros pagos y poder ahorrar dinero. De esta manera podemos controlar los gastos que realizamos y prever, en la medida de lo posible, desembolsos importantes de dinero.

El presupuesto es una manera de tener disponible dinero para las cosas necesarias y evitar los desembolsos triviales o evitables. No todo el mundo lo necesita para organizar su actividad monetaria pero resulta una herramienta muy útil para aquellos que no puedan permitirse grandes gastos o para quienes no sean de tendencia ahorradora.

Para realizar un presupuesto lo primero que tenemos que hacer es conocer en qué gastamos nuestro dinero. Para ello, la mejor opción es llevar la cuenta de nuestros gastos durante un periodo de tiempo definido, luego podremos sacar conclusiones e idear formas de reducir los gastos.

Si queremos controlar nuestros gastos en, por ejemplo, un mes deberemos ser exhaustivos con el método elegido. De esta manera, es indispensable que apuntemos nuestros consumos para hacer una comparativa. Los datos que apuntaremos serán la cuantía del desembolso, en qué ha consistido el gasto monetario, cómo hemos pagado (en efectivo, por tarjeta de crédito etc.) y la fecha en la que lo hemos efectuado.

Llevar la cuenta de nuestras compras de esta forma nos ayuda a tener una visión general y a medio plazo de los gastos que realizamos normalmente.

Dentro de las partidas del presupuesto diferenciaremos varios tipos de gastos:

1-Los gastos fijos: Son aquellos que realizamos siempre de forma periódica, tales como los pagos de la hipoteca o los de los servicios de recogida de basura, agua, electricidad etc.

2-Los gastos esporádicos: Consideraremos gastos esporádicos los que, a pesar de no ser fijos, son probables e incluso esperables. Así por ejemplo podemos hacer una partida con dinero para gastar en nuestra tiempo de ocio y vida social (para comprar entradas de cine, para algún hobby…).

3-Los gastos imprevistos: Se trata de aquel dinero que guardamos para emergencias o accidentes, tales como reparaciones de nuestro vehículo, gastos médicos, etc.

De todas maneras, debemos tener en cuenta que elaborar un presupuesto es un método de control del gasto a medio y largo plazo. No hemos de desesperar si comprobamos que tras unas semanas de llevar la contabilidad personal no se producen los resultados esperados. Hemos de tener la capacidad de ser flexibles y cambiar, si es necesario, la organización o cuantía de nuestro presupuesto.

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