Liberalización del sector eléctrico

Desde el 1 de enero de 2003 podremos elegir libremente suministrador eléctrico
Por EROSKI Consumer 17 de octubre de 2002

El 1 de enero de 2003 es la fecha que marca el inicio de la liberalización total del mercado energético español. A partir de entonces, 22 millones de consumidores -más del 90% domésticos- podrán elegir libremente un suministrador eléctrico. El sector se mueve de prisa, motivado por la urgencia de diseñar estrategias para captar a posibles usuarios. ¿Qué le espera al consumidor?

Un mercado complejo

El sector eléctrico español mueve anualmente más de 12.000 millones de euros. Son sólo cuatro las compañías que dominan el negocio, agrupadas en la patronal Unesa: Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico. Más del 80% de la producción recae en Endesa e Iberdrola, cuyo intento de fusión se vio frustrado el pasado año por las duras condiciones impuestas por el Gobierno. La aprobación de tal iniciativa habría dado lugar al cuarto grupo eléctrico mundial en producción y primero en clientes.

Endesa posee cuotas de mercado en Cantabria, Aragón, Cataluña, Baleares, Extremadura, Canarias y Andalucía. Iberdrola tiene clientes en Extremadura, Castilla La Mancha, Comunidad valenciana, Murcia, Navarra, Aragón, País Vasco, Castilla y León y Madrid. Unión Fenosa actúa en Galicia, Castilla y León, Castilla La Mancha y Madrid, mientras que Hidrocantábrico lo hace en Asturias.

El mercado eléctrico español es complejo y, por lo general, desconocido. Las tarifas que se aplican en este negocio dependen de la oferta, la demanda y las disposiciones del Gobierno. Así, desde 1998 el precio base de la luz, que supone el 55% de lo que paga en su factura un consumidor medio, se establece al casar la energía que ofrecen las compañías generadoras (las cuatro que conforman la patronal Unesa copan la totalidad del mercado) a las empresas comercializadoras. De la casación de ofertas surge un precio base de la energía para cada una de las 24 horas del día durante todo el año. El resto depende de las disposiciones y tarifas fijadas por el Gobierno.

La Compañía Operadora del Mercado Español de la Electricidad (OMEL) es la encargada de cruzar oferta y demanda y fijar el precio base. En este proceso también interviene Red Eléctrica, una empresa participada por las compañías eléctricas y la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Red Eléctrica es la propietaria de la red de alta tensión y tiene que garantizar que la electricidad llegue a los usuarios en condiciones seguras y confiables.

Directiva europea y contadores

La liberalización del sector eléctrico español comenzó a finales de 1997. La directiva europea en vigor establecía que en 2000 todos los estados miembros debían tener como mínimo un 30% de su mercado liberalizado. Cuatro países, -Suecia, Reino Unido, Alemania y Finlandia-, decidieron anticiparse al resto y liberalizar de golpe. Otros como Austria, Holanda, España y Dinamarca prefirieron seguir las directrices de la Unión Europea en dos fases y alcanzar la plena libertad en 2003. En otro grupo se hallan los países que han optado por abordar el proceso en tres etapas y aplazar hasta 2007 la apertura total. Entre ellos se encuentran Bélgica, Irlanda y Luxemburgo. Los rezagados son Francia, Portugal, Italia y Grecia, con niveles de apertura de entre el 30% y el 45% y sin fecha fija para acometer el proceso liberalizador.

En la actualidad, España posee, según datos oficiales, un 52% del mercado liberalizado. Ya hay 63.000 industrias que tienen la opción de escoger la compañía eléctrica que mejor se adapte a sus intereses. A partir del 1 de enero de 2003 las familias españolas tendrán la misma opción. Es decir, podrán decidir continuar con su actual compañía o cambiarse a otra que les resulte menos lesiva para su presupuesto. La idea, según el Ministerio de Economía, es abaratar el suministro eléctrico, mejorar la calidad del servicio y ampliar la oferta. Pero la Ley que permite la liberalización todavía genera múltiples dudas que la Comisión Nacional de Energía (CNE) intenta esclarecer. ¿Cómo será el proceso para darse de alta en el mercado? ¿Cómo se producirá el trasvase de clientes de una compañía a otra? ¿Será necesario cambiar los contadores o valdrán los actuales? Son algunos de los interrogantes planteados sobre la mesa.

Nuevos contadores

Tan sólo en lo que respecta a los contadores, es probable que la apertura del mercado eléctrico obligue a cambiar los 23 millones de artefactos que miden el consumo. La razón es que muchos de ellos no son fiables, aunque el Ministerio de Fomento ha aprobado una orden ministerial que establece en 30 años la vida útil de estos aparatos con un margen del 3% arriba o abajo de error en la medición.

De momento, la Comisión Nacional de Energía prevé elaborar una norma para que transitoriamente los usuarios puedan seguir utilizando el mismo contador. A poco más de dos meses de la entrada en vigor de la Ley quedan por resolver los interrogantes acerca del procedimiento para cambiar de compañía y la forma en que se llevará a cabo la facturación. De momento, se sabe que el cambio de una empresa a otra será gratuito. Y si el consumidor tiene que cambiar de contador, éste le será suministrado por la compañía en régimen de alquiler (como ocurre ahora) o también se podrá adquirir en propiedad.

Estrategias empresariales y claves para el consumidor

Pese a que todo apunta a una cierta lentitud en la incorporación de los consumidores al mercado, las empresas ya ultiman su estrategia para buscarse un hueco en el negocio. “Las compañías trabajan en varios ámbitos. Uno de ellos es la formación de los técnicos para que sepan operar con distintos métodos de medición. Es que hablamos de 22 millones de usuarios que teóricamente pueden cambiarse de suministrador”, explica Antonio Petit, el portavoz de la patronal Unesa.

Estas compañías, según Petit, llevan a cabo su estrategia comercial “con mucho sigilo”. Aun así, ya se sabe que en el caso de Endesa, por ejemplo, su plan consiste en ofrecer al usuario electricidad, gas y una amplia oferta de servicios. Unión Fenosa trabaja en una oferta que permita que sus clientes contraten no sólo electricidad y gas natural sino telecomunicaciones. Hidrocantábrico pretende expandirse fuera de Asturias, su ámbito natural. Y la compañía Iberdrola ha presentado una nueva imagen de marca acompañado de un plan destinado a alcanzar 10 millones de clientes en 2006, frente a los 9 millones que posee en la actualidad.

La liberalización del sector eléctrico, según explican desde Unesa, hará posible que el suministrador elabore una especie de “traje a la medida” para el usuario.

Las claves

¿Qué debe tener en cuenta el consumidor a partir de enero de 2003?

La primera clave consiste en saber que los usuarios que así lo deseen podrán seguir abonados a su actual compañía con la misma tarifa cuya subida seguirá fijando el Gobierno y que actualmente se ha establecido ya en un 2%.

Si un consumidor decide lanzarse a la aventura del mercado libre, la Comisión Nacional de Energía sugiere conocer con precisión cuál es su consumo anual y sus hábitos en la utilización de la energía eléctrica. Si, por ejemplo, tiene en su casa una lavadora que utiliza sobre todo por las noches y si también enciende la calefacción en horario nocturno porque los miembros de la familia están fuera todo el día, conviene utilizar una tarifa que resulte beneficiosa en esas condiciones. “Las compañías no pueden poner el precio final a la energía porque ésta será regulada por el Gobierno. Lo que sí pueden hacer es combinar las tarifas y ofrecer precios que se ajusten a los hábitos del usuario”, señalan desde UNESA.

En la liberalización también entran en juego varios factores a la hora de escoger una compañía. No sólo se trata de los precios, sino también de la atención comercial, las formas de pago, el asesoramiento y los servicios complementarios que ofrecerán las empresas. La calidad del suministro, en cambio, tendrá que ser garantizada por el distribuidor. Así, si el consumidor contrata a una empresa, éste tendrá derecho a un descuento en su facturación en función del número de horas que, por ejemplo, se haya interrumpido el servicio.

La otra ventaja teórica de los consumidores es que inclusive podrán contratar el suministro con empresas que tradicionalmente no operan en sus comunidades siempre y cuando éstas se lo ofrezcan, pues no parece lógico que un usuario de Madrid se decida a buscar a una empresa en Sevilla. Tal como está el mercado, nada impide que una empresa venda energía en cualquier lugar. Hidrocantábrico, por ejemplo, podría obtener clientes en Madrid o en cualquier punto de la geografía española. De hecho, según la patronal Unesa, el usuario no tendrá que preocuparse del transporte de la electricidad hasta su domicilio. “¿Qué han hecho para llevarme la luz a mi casa? Ese no será un problema del cliente”, señala Antonio Petit, el portavoz de Unesa.

El portavoz de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU), Antonio López, asegura que existen serias dudas en cuanto al proceso liberalizador previsto en 2003. “Lo que queremos es que la liberalización se haga de verdad y que bajen los precios. Que no ocurra como en otros ámbitos en los que continúa el monopolio. El mercado se tiene que repartir y tiene que haber competencia”, declara López.

Con la liberalización también se espera que irrumpan en el mercado muchas otras empresas preparadas para abrirse camino. Así que mientras llega el 2003, prepárese para recibir una avalancha de ofertas. Pero no se apresure, tiene tiempo para escoger, si lo desea, la que mejor le convenga.

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