En un principio las membranas aislantes se utilizaron para ciertas prácticas concretas como el alpinismo. Hoy día se puede comprar cualquier tipo de calzado o ropa con membrana aislante en los comercios no especializados en montaña.
La membrana aislante más conocida es el Gore-tex. Descubierta en 1969 por Bob Gore, se trata de una membrana compuesta de un material poroso y muy resistente, que aísla al usuario de la lluvia y de las inclemencias del tiempo.
La característica principal de este tipo de tejidos es que impide que el agua pase al interior y, a la vez, permite la transpiración. Es la principal diferencia con las prendas no equipadas con esta película, que dejan el cuerpo empapado en sudor a poco que se realice un mínimo ejercicio.
Las prendas que llevan membrana se confeccionan con laminados de dos o tres capas. La técnica del laminado se realiza pegando por medio de un adhesivo la membrana sobre el soporte textil, que generalmente está impregnado de algún producto repelente al agua.
Si se emplea un soporte textil y la membrana hablamos de un laminado de dos capas. Otra método, el de tres capas, consiste en emplear dos tejidos y, en medio, a modo de sándwich, una membrana.
Además de tener una gran transpirabilidad, las prendas equipadas con este tipo de membranas no necesitan cuidados especiales. Se pueden lavar a mano a 40º C con jabón neutro, aunque no se debe usar lejía ni planchar con vapor. Si bien ésta última operación de planchado en seco y a baja temperatura resulta necesaria para restaurar la impermeabilidad del revestimiento tras el lavado. Tampoco conviene escatimar en agua a la hora del aclarado, puesto que se debe eliminar todo resto de jabón para tener en perfectas condiciones la prenda.
