Vuelta al cole sin gastos extraordinarios

Prescindir de las actividades extraescolares, el servicio de comedor o el transporte permitirá ahorrar una media de 200 euros al mes por cada hijo
Por Blanca Álvarez Barco 30 de agosto de 2013
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Imagen: xornalcerto

Hay quien habla ya de principio del fin de la crisis, de datos que apuntan a una mejoría del empleo… Pero lo cierto es que millones de españoles siguen en el paro y son numerosas las familias en las que recortar gastos es imprescindible para capear el temporal y llegar a fin de mes. Si la vuelta al cole se hace difícil para cualquier economía, en estos casos aún es más dura. Este año, además, muchas familias deberán prescindir del servicio de comedor, el transporte o las actividades extraescolares para poder cuadrar su presupuesto, ya que de media, les puede suponer un ahorro de unos 200 euros. A continuación se apuntan las partidas en las que pueden recortarse gastos.

La vuelta al cole más austera

Actividades extraescolares, comedor o autobús escolar no entran este año en el presupuesto de cientos de familias españolas para las que el curso 2013-2014 vendrá marcado por la austeridad y el recorte de gastos.

En vez de recibir clase de natación o artes marciales en el colegio, se puede acudir a los polideportivos municipales, más económicos

Aunque la educación es una de las partidas en la que más gastan las familias en nuestro país, y en 2012 se disparó un 7,4% según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), este curso serán numerosos los hogares en los que toque prescindir de las actividades que no sean estrictamente académicas. Los recortes pueden aplicarse a diversas partidas:

  1. Libros, ropa y material escolar

    Gastar en libros, material y ropa, ya sea uniforme o de calle, es ineludible. Pero entre las necesidades básicas, se cuelan muchos caprichos: estuches y mochilas con los dibujos animados de moda o del equipo favorito de los niños, las ceras de colores de una marca determinada… Son pequeños gastos que aumentan la cuenta final sin apenas percatarse.

    Ante esto, si se desea ahorrar, no queda más remedio que ser inflexible y no sucumbir ante las presiones que ejercen los hijos. Por ello, lo más conveniente es que solo los adultos vayan a comprar lo necesario para empezar el nuevo curso. Y, además, aprovechar las ofertas tanto en ropa como en libros y artículos de papelería.

  2. Actividades extraescolares

    Este año, algunos estudiantes deberán decir adiós al judo, el ballet o los cursillos de natación impartidos en su centro educativo. El precio de estas actividades casi nunca baja de 30 euros mensuales por cada niño.

    Pero prescindir de estas clases no significa renunciar a practicar estos deportes o aficiones. Se puede jugar al baloncesto o al fútbol con los amigos al finalizar la jornada escolar, y será igual de divertido. Respecto a la natación o las artes marciales, los polideportivos municipales cuentan con amplios horarios y actividades con importes mucho más económicos, que permiten aprender sin arruinarse. Las escuelas oficiales de idiomas son mucho más asequibles que las clases que se imparten en los colegios antes o después del horario lectivo. Y si se es aficionado a la música o se toca un instrumento, se puede intentar estudiar en el Conservatorio o en las escuelas municipales de música.

  3. Guardería antes y después de clase

    La dificultad para conciliar trabajo y familia y los horarios inflexibles de muchas empresas hacen necesario que los padres (sobre todo en las ciudades grandes, donde no se cuenta con la ayuda de los abuelos) deban dejar a sus hijos en el colegio antes de que comiencen las clases, o recogerlos más tarde. Para esas horas no lectivas, en algunos centros educativos hay servicio de guardería en los que cuidan a los más pequeños (hasta Primaria casi siempre), a cambio del abono de una cuota.

    No todo el mundo puede ahora pagar ese gasto. Si es posible, los abuelos o familiares cercanos pueden llevar a los niños a la escuela. En caso contrario, convendría buscar opciones, como intentar crear una red de vecinos o de amigos que vayan al mismo colegio y que puedan acompañar a los menores hasta el centro educativo.

  4. Servicio de comedor

    El comedor escolar cuesta, en algunas ciudades como Madrid y en colegios públicos, cerca de 140 euros por niño al mes. En los concertados y privados, el precio es mayor aún. En caso de ser posible, eliminar este servicio mejoraría la cuenta corriente de la familia de manera notable.

    Si se vive cerca y hay posibilidad, lo más conveniente (además de saludable) es comer en el hogar. Si no, siempre que el colegio lo admita, cabe la posibilidad de llevar un táper con comida hecha en casa.

  5. Transporte escolar

    El autobús escolar es también caro. Pero lo cierto es que para muchas familias es un gasto que no queda más remedio que afrontar, al vivir lejos del centro de estudios. Si no es el caso, se puede acercar a los niños en el vehículo particular, aunque lo más barato es llevar a los pequeños a pie hasta el colegio.

    Como la opción de caminar no siempre es posible, también se puede ahorrar si se va a la escuela en transporte público, que además brinda descuentos para familias numerosas.

  6. Menos excursiones y salidas

    En numerosos centros escolares hay excursiones gratuitas, pero también hay salidas que tienen un coste. Ir al zoo, a una granja escuela o al planetario requiere que los padres abonen no menos de 10 euros.

    Pero estas excursiones casi siempre son voluntarias y, aunque lo habitual es que se apunte la gran mayoría de alumnos, no llevar al niño ese día a la excursión puede también ayudar a mantener saneada la economía familiar, sobre todo si se tienen dos o más hijos. En gran parte de los colegios, los pequeños que no participan en la salida pueden acudir al centro y realizar otras actividades lúdicas.

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