Intercambio de libros de texto

Esta fórmula de trueque permite abaratar el gasto de las familias en material educativo
Por Marta Vázquez-Reina 10 de julio de 2010
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Imagen: Mariano P.

“Yo te doy y tú me das”. El trueque ha sido siempre un método óptimo para adquirir bienes o servicios sin tener que incurrir en ningún gasto. Con este procedimiento, asociaciones de padres de alumnos y administraciones educativas promueven cada año programas voluntarios de intercambio de libros de texto en los centros educativos para minimizar la inversión en material didáctico que deben afrontar las familias al comienzo del curso escolar. Los alumnos ceden los libros que ya no van a utilizar y obtienen otros que necesitarán el siguiente año académico.

Los hogares españoles deben preparar cada año sus presupuestos para afrontar la temida «vuelta al cole» de los hijos. Material escolar, uniformes o ropa y, sobre todo, libros de texto. Un gasto obligatorio que, en mayor o menor medida, supone un importante desembolso para la economía doméstica.

Para ayudar a las familias, las diferentes administraciones educativas autonómicas y el Ministerio de Educación tienen establecidos desde hace varios años programas destinados a subvencionar los gastos de material didáctico. Una de las fórmulas utilizadas es la ayuda directa, que consiste en entregar un cheque o vale por una cantidad determinada para canjear por los libros en el momento de la compra. Otras comunidades optan por los denominados «programas de préstamo», a través de los cuales los estudiantes reciben sin coste alguno los libros del curso, pero deben entregarlos al centro al finalizar el curso para que otros alumnos puedan reutilizarlos en años sucesivos.

Ninguna de estas fórmulas reduce el 100% del gasto en libros de texto de las familias

Pero ninguna de estas fórmulas reduce el 100% del gasto en libros de texto de las familias. En algunos casos, porque la ayuda es insuficiente o el préstamo no alcanza a todos los niveles de la educación obligatoria. En otros, porque está limitada a determinados niveles de renta familiares. Por otra parte, los estudiantes de enseñanzas postobligatorias (bachillerato, FP o universidad) sólo tienen la opción de acceder a las becas generales del Ministerio de Educación, para las que deben cumplir los requisitos económicos exigidos.

El intercambio como alternativa

Una fórmula opcional para todos los estudiantes que no pueden acceder a estas ayudas es el intercambio entre alumnos. ¿Quién no ha utilizado alguna vez los libros que pertenecieron a hermanos o amigos de otros cursos? A menudo, las editoriales no varían el contenido de los libros o los cambios son insignificantes, por lo que la reutilización del material de un curso para otro es factible.

Para facilitar este trueque, asociaciones de padres de los centros de enseñanza y diferentes administraciones educativas municipales promueven desde hace unos años programas específicos de intercambio. Consisten en entregar en el colegio los libros de texto que ya no se van a utilizar e intercambiarlos por los que se necesitarán en el nuevo curso académico.

Además de economizar en el gasto del material didáctico, se consigue una mejor utilización de los recursos

De este modo, además de economizar en el gasto del material didáctico, se consigue una mejor utilización de los recursos y se fomenta el cuidado de los libros como valor educativo y cultural. Este ejercicio de solidaridad y cooperación entre las familias, recomendado por las organizaciones y asociaciones de consumidores y usuarios, está en la actualidad implantado en numerosos centros del país.

Cabe destacar, por su largo recorrido, el programa organizado en Gijón desde hace ya doce años por la Asociación Juvenil de Estudiantes Progresistas y la Confederación Asturiana de Asociaciones de Padres de Alumnos. En la pasada edición, esta iniciativa recaudó más de 4.000 libros, de los que se beneficiaron cerca de 1.400 familias.

Organización del trueque

Es recomendable que las familias interesadas en adquirir los libros escolares por esta vía consulten de forma previa en el centro o en las administraciones municipales la posibilidad de esta opción y recaben toda la información sobre la organización del proceso de intercambio. En general, el procedimiento se estructura del siguiente modo:

  • En las fechas indicadas por el centro (en general, recién terminado el curso), las familias entregan los libros que ya no usarán.
  • En el momento de la entrega, se valora y se revisa el material donado y se concede un recibo en el que consta el número de libros cedidos.
  • En fechas posteriores, las familias acuden al centro con su recibo para recoger los libros que necesiten, que se corresponderán con el número de manuales entregados con anterioridad.
  • La mayoría de los programas permiten que haya donación sin recibir nada a cambio. De este modo, familias que por cualquier circunstancia no han podido donar pueden acceder también al material.
  • Si al final del programa quedan libros sin entregar, los organizadores los donan a la biblioteca escolar o a alguna ONG interesada en este material.
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