Bodas en la playa

Casarse en la playa implica trámites y gastos añadidos que pueden aumentar el precio de la celebración hasta en un 5%
Por Mayra Bosada 31 de mayo de 2008
Img bodaplaya
Imagen: Joe Flood

Un sueño con gastos extra

Celebrar una boda en la playa es el sueño de muchas parejas por tratarse de uno de los emplazamientos con mayor encanto para dar el “sí, quiero”. Sin embargo, si se deja a un lado el romanticismo, casarse sobre la arena puede acarrear numerosos problemas y gastos extras por la complejidad de su organización, y puede aumentar el precio de la celebración hasta en un 5%. Los novios deben tener en cuenta, además, que en España está prohibido por ley celebrar una boda completa en las playas, aunque en algunos lugares es posible realizar al menos una ceremonia simbólica a la orilla del mar, siempre que el banquete se organice en algún restaurante u hotel cercano. Si no, siempre queda la opción de casarse en el extranjero, aunque resulta mucho más caro.

Tipos de “boda playera”

Casarse a la orilla del mar es para muchas parejas la manera más romántica de comenzar una vida juntos, pero se debe tener en cuenta lo complejo que resulta organizar una ceremonia de este tipo, y que en casi todos los casos puede acarrear más gastos que celebrar la boda de manera convencional, en un salón. Un boda común de 100 invitados cuesta una media de 21.000 euros, un gasto nada despreciable, que se dispara en caso de querer hacer una ceremonia que se salga de los límites convencionales.

La “boda playera” más común en España consiste en casarse en un juzgado o iglesia, y luego realizar otra ceremonia simbólica a la orilla del mar y celebrar el banquete en algún hotel cercano

El coste extra de casarse a la orilla del mar dependerá del tipo de “boda playera” que los contrayentes deseen celebrar. En general, hay tres formas de hacer una boda en la playa:

  • Casarse en el Registro Civil, un juzgado o en una iglesia y realizar el banquete en un hotel o restaurante pegado al mar. En esta opción se pierde un poco la esencia de lo que es una boda playera, aunque se tiene más control sobre los posibles imprevistos, y no conlleva tantos gastos extras. Además, no suele requerir una organización demasiado complicada.

  • Hacer la boda completa, es decir, tanto el enlace como el festejo, en la playa. Es necesario tener en cuenta que en España es difícil realizar este tipo de boda, porque todas las playas son públicas y no se autorizan fiestas particulares en las mismas. Por eso, hay quienes deciden celebrar su enlace en playas de otros países donde sí puede hacerse, aunque salga mucho más caro.

Las parejas que, a pesar de todo, quieren celebrar su boda completa en alguna playa de España optan, generalmente, por alquilar un chiringuito. Pero en estos casos, los novios deben conformarse con hacer celebraciones más informales e íntimas, pues en estos lugares se permite un máximo de 60 invitados; los banquetes, más que tal cosa, suelen ser un lunch. Este tipo de boda tiene el inconveniente de que se pueden colar personas ajenas al festejo, o contar con los ojos indiscretos de muchos mirones.

  • Realizar la ceremonia a la orilla del mar y el banquete en un restaurante u hotel cercano. En general, la alternativa de boda playera más común en España es casarse en el juzgado o en una iglesia, y luego realizar otra ceremonia simbólica a la orilla del mar y el banquete en algún hotel o restaurante cercano. Esta opción conlleva igualmente tener que pagar por los permisos a las demarcaciones de Costas de la playa donde se celebrará el matrimonio.

Contratar los servicios de alguna empresa planificadora de bodas puede ser la mejor opción para ahorrarse la burocracia y conseguir que la organización del evento playero resulte más fácil, especialmente si se hace en las Islas Canarias o Baleares, donde están acostumbrados a realizar ceremonias de este tipo. La tarifa de los organizadores de bodas es un gasto extra sobre el coste de la boda, y varía según los servicios requeridos.

Permisos y costes

Permisos y costes

Pese a los obstáculos legales, hay organizadores de bodas que consiguen permisos en algunas playas para realizar solamente la ceremonia, que en la mayoría de los casos es simbólica, ya que los sacerdotes no acostumbran a celebrar matrimonios fuera de su parroquia, y conseguir quien oficie la boda civil a la orilla del mar es costoso y complicado. Para pedir un permiso, se deben entregar a las autoridades de la Demarcación de Costas correspondiente los datos de los contrayentes (DNI o número de pasaporte, en caso de ser extranjeros) y un proyecto en el que se especifique con exactitud cualquier aspecto de lo que se desea realizar: metros cuadrados utilizados, si se montará algún tipo de tarima o carpa, así como la época del año en que se efectuará, y el número de invitados, entre otros aspectos.

Los permisos, el montaje de sillas o carpas, los honorarios del oficiante, etc. implican un coste extra mínimo de unos 950 euros para una boda con menos de 100 invitados

Realizar una ceremonia en la playa supone un coste mínimo extra de unos 950 euros para una boda con menos de 100 invitados, según explica Ariadna Gómez, del Hotel Mar Menuda, que organiza bodas en la Cala de la Mar Menuda, en la Costa Brava, y además tramita los permisos necesarios. La Demarcación de Costas expide el permiso para celebrar la boda en la playa por unos 500 ó 600 euros, a los que hay que sumar el precio del montaje de las sillas o carpas, que puede ser de entre 150 y 300 euros, así como el coste de llevar al oficiante de la ceremonia a la playa para que celebre el matrimonio, que supone, al menos, alrededor de 200 euros más.

Aunque los organizadores profesionales de bodas han celebrado ceremonias de matrimonio en las playas españolas, fuentes del Ministerio de Medio Ambiente aseguran que por ley está prohibido realizarlas; sin embargo, recomiendan dirigirse a las demarcaciones de Costas de cada comunidad autónoma para informarse mejor al respecto.

Fechas e invitados

La planificación de una boda playera debe hacerse al menos con ocho meses de anticipación, y también es importante determinar con antelación las fechas del matrimonio y el número previsto de invitados. Generalmente, las bodas en la playa se suelen realizar en mayo, junio, septiembre y octubre, ya que en julio o agosto (fechas en las que más parejas desean hacerlo) las playas están al completo y muchos permisos pueden denegarse, según explica Marta Priu, de la empresa BCN Wedding Planners. Además, los expertos aseguran que la mejor hora para casarse en una playa es por la tarde, para evitar el intenso calor del mediodía.

Respecto al número ideal de invitados para este tipo de ceremonia, es variable, aunque lo usual es a partir de 30, y con un máximo de 100 personas. No hay un límite de invitados, pero las demarcaciones de Costas sí que establecen un límite de metros cuadrados -sobre unos 25 ó 30, según la amplitud de la playa-, por lo que es aconsejable, como indica Ariadna Gómez, “poner entre 30 y 40 asientos, y que el resto de invitados esté de pie”.

Celebrar una boda en la playa puede ser idílico e inolvidable, pero no está de más recordar que siempre pueden surgir problemas, como los cambios climáticos inesperados, la presencia de insectos e incluso de algún que otro “invitado no deseado”, imprevistos para los que hay que estar preparado. Hay que ser consciente de que una celebración de estas características tiene aspectos negativos, empezando por la cuestión meteorológica, por lo que siempre conviene disponer de una opción alternativa en caso de que llueva, recomienda Priu. Otro factor que hay que tener en cuenta es que la playa elegida para celebrar la boda cuente con algún punto de corriente eléctrica, sobre todo si se va a conectar algún equipo de sonido para la música de fondo o el micrófono. Si no hay toma de electricidad en el lugar, tal vez haya que contratar un generador. También es importante mirar bien los accesos a la playa, así como que ésta cuente con baños.

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