Las once lecciones que hay que aprender de esta crisis

Consumir de modo inteligente, diversificar inversiones, no retrasar pagos y ahorrar un 10% de los ingresos son normas básicas para sortear la crisis
Por Ana Palomo Trigo 27 de septiembre de 2011
Img banco
Imagen: Kamil Dratwa

Los indicadores macroeconómicos ponen de manifiesto que la crisis financiera se va a prolongar en el tiempo. Con la prima de riesgo disparada, las Bolsas en caída libre, las subidas de los tipos de interés, la reducción del crédito y los bajos niveles de productividad de muchas empresas que llevan a una destrucción del empleo y a la contracción del mercado, se hace cada vez más difícil llegar a fin de mes. Las situaciones de pánico son tan peligrosas como las de euforia y la incertidumbre genera desánimo y desasosiego. Sin embargo, conviene mantener la calma y hacerse a la idea de que la recuperación económica tarde o temprano llegará, aunque cada uno debe poner de su parte y modificar ciertos hábitos.

Para evitar volver a caer en los mismos errores que han desencadenado la actual crisis económica, es importante echar la vista atrás y repasar dónde se produjeron las equivocaciones. La desaceleración económica comenzó hace casi cuatro años y, en este tiempo, muchos especialistas han enumerado los fallos que aquejan al sistema financiero mundial pero, ¿cuáles son las 11 lecciones que hay que aprender de esta crisis para intentar evitarla en el futuro?

1.Reducir los gastos que no son imprescindibles

Una economía familiar tiene que valorar los gastos que no puede afrontar y reducirlos hasta que la situación se estabilice y mejore. Para ello, es conveniente hacer un presupuesto con el que llevar la contabilidad familiar y en el que se incluyan todos los gastos mensuales y atenerse a él. Restringir los gastos superfluos hasta que se supere la crisis es la única posibilidad válida para salir del atolladero. Se deben analizar los hábitos de consumo e identificar las partidas que se pueden reducir.

Antes de solicitar un crédito hay que calcular la capacidad de endeudamiento

Para mantener una economía saneada hay que ahorrar, al menos, un 10% de los ingresos cada mes. Si los gastos generados son superiores a los ingresos, se tiene que buscar otra fuente laboral con la que acrecentar la economía o, bien, privarse de algunos caprichos durante un tiempo. Sin embargo, no se debe escatimar en los temas relacionados con la salud y con la formación académica o profesional.

2.Pagar las deudas en plazo

Es primordial hacerse un calendario y pagar a tiempo las pólizas de los seguros de vida, de enfermedad, de la vivienda y del coche para mantenerlos vigentes. Ser «buen pagador» y abonar las deudas en plazo, es esencial para mantener limpio el historial crediticio. Los buenos antecedentes de los prestatarios dan acceso a créditos con mayor facilidad, y a un menor tipo de interés.

3.Saber cuál es la capacidad de endeudamiento

Mientras las familias españolas dedican un tercio de sus ingresos a pagar la hipoteca, los expertos aconsejan no endeudarse más allá del 15% o el 20% del sueldo a la hora de comprar una vivienda. Si los gastos superan a los ingresos, la familia es incapaz de ahorrar y está abocada a la ruina. Se aconseja a los hogares con dificultades de solvencia que renegocien los créditos y soliciten una ampliación de los periodos de amortización, a fin de que las cuotas de los préstamos sean más llevaderas.

Si no se conoce bien un producto financiero y sus riesgos, es mejor no contratarlo

Antes de embarcarse en la compra de una vivienda, aun cuando la entidad financiera haya concedido el préstamo, es conveniente valorar el riesgo de endeudarse. Hay que tener especial cautela ya que, cualquier impago genera altas comisiones de demora. Las subidas de los tipos de interés y del Euribor pueden incrementar en el futuro el coste de la deuda, con lo que resultará más difícil llegar a fin de mes. Por ello, conviene calcular si se pueden afrontar los créditos antes de solicitarlos. Asimismo, se deben extremar las precauciones al intentar obtener un préstamo personal ya que cuando hay problemas económicos, se piensa en esta opción y no siempre es la mejor salida, puesto que los intereses son muy altos.

4.Diversificar los ahorros y depositarlos en entidades de confianza

Los ahorros se deben depositar en instituciones bancarias conocidas y desconfiar de quienes prometen altos rendimientos en empresas dudosas o desconocidas (los llamados «chiringuitos financieros»). Además, conviene comparar los intereses que ofrecen los bancos por depositar los ahorros, con los intereses y comisiones que cobran en tarjetas y en créditos.

No es conveniente tener los ahorros de toda una vida invertidos en un mismo producto, ni siquiera en una misma entidad financiera. Para reducir el riesgo, lo más adecuado es invertir el ahorro en diferentes clases de activos (valores del Tesoro, depósitos a plazo, oro, etc.).

5.No contratar productos financieros que no se comprenden

El inversor tiene que conocer todos los detalles del producto que pretende contratar en la entidad bancaria (plazos, tipo de interés, vida del producto, dónde se va a invertir su dinero, etc.). De todos es sabido que cuánto más alta es la rentabilidad de una inversión, mayor es el riesgo también. Todos los productos financieros tienen un riesgo más o menos elevado. Si el inversor no conoce el producto y sus riesgos, es mejor que no lo contrate.

A pesar de las fluctuaciones y caídas de las Bolsas en los últimos meses, lo más apropiado es que los inversores mantengan sus posiciones y no vendan, para esperar el rebote. Casi todos los valores bursátiles han bajado y hoy la venta de acciones significa perder dinero. Por ello, si se puede, lo idóneo es esperar a que pasen las turbulencias.

Las letras del Tesoro español (a tres, seis, 12 ó 18 meses) y los fondos de renta fija a corto plazo son algunos de los productos más seguros en la actualidad y su contratación se realiza de forma muy sencilla. Por otra parte, los fondos de liquidez, también llamados fondos de mercado, no ofrecen demasiada rentabilidad (se prevé que proporcionen entre el 1% y el 2% a doce meses), pero confieren el valor más preciado para el inversor en estos momentos: la seguridad. Estos fondos de liquidez diversifican la inversión a corto plazo en varios activos con calificación crediticia AAA (muy segura).

6.No utilizar en exceso las tarjetas de crédito

La medida más eficiente es utilizar la tarjeta de crédito de tal forma que cada mes se pueda cubrir el total o la mayor parte de lo que se debe. Si se dispone de tarjetas de crédito, una buena alternativa es dejarlas en casa para evitar los gastos innecesarios. Para los gastos diarios, es mejor utilizar dinero en efectivo. El llamado «dinero de plástico» incita más a la compra que el dinero en efectivo. Si se tiene varias tarjetas, lo más acertado puede ser devolver alguna al banco ya que tienen una comisión que se paga a la entidad al final del año.

7.Cuidar el empleo e intentar aumentar la fuente de ingresos

En estos momentos de incertidumbre laboral es cuando hay que intentar rendir más en el trabajo. No todos los empleos están asegurados de por vida y, por ello, hay que intentar conservar el puesto de trabajo. Además, nadie es imprescindible, por lo que hay que procurar desempeñar de manera eficaz todas las labores asignadas. Algunas facetas que conviene atender para ser más valorado en el puesto de trabajo son las siguientes:

  • Ser flexible:las empresas están sometidas a constantes cambios, por lo que piden a sus trabajadores que se adapten a nuevos horarios y funciones. Si el trabajador demuestra que está formándose continuamente y que no tiene problemas para cambiar de horario o de actividad habitual, puede convertirse en una pieza clave de la empresa.
  • Tener iniciativa:

    si el empleado sabe resolver los problemas que surgen, tiene iniciativa para buscar soluciones y es responsable de sus funciones, será muy bien valorado.
  • Ser activo:

    es necesario tener actividad constante, ya sea realizando las funciones especificas, ayudando a algún compañero, o buscando tareas que puedan mejorar el rendimiento de la empresa. Cuanto más implicado se está en el proyecto de la empresa, menos posibilidades hay de ser despedido.
  • Tener capacidad de trabajar en equipo: una persona que escucha a los demás miembros de un grupo, que comunica ideas y que mejora el clima laboral siempre será valorada en su empresa, tanto por sus compañeros como por sus superiores.

8.Practicar el consumo inteligente

Antes de adquirir un producto o servicio hay que considerar si se necesita lo que se pretende comprar y comparar varios precios y calidades. El consumo inteligente es fundamental para evitar el despilfarro innecesario. Muchas de las consecuencias que ahora se pagan provienen de los errores que se cometieron en el pasado. No conviene dejarse llevar por los productos de moda, ni vivir por encima de las posibilidades.

Las tarjetas de crédito incitan más a la compra que el dinero en efectivo

A la hora de comprar o invertir es fundamental tener en cuenta la economía familiar. Sin embargo, los momentos de crisis también pueden ser épocas de oportunidades y gangas. A veces, lo más ventajoso es comprar cuando unos venden desesperadamente y vender cuando otros compran de manera eufórica.

9.Ahorrar en el propio hogar

Es indispensable apagar los aparatos eléctricos que no se usan con asiduidad para no malgastar. Además, se debe cuidar el uso del agua, utilizar bombillas de bajo consumo, intentar viajar en transporte público, hacer un uso moderado del teléfono y mantener baja la temperatura de la calefacción. A final de mes se notará el cambio al recibir las facturas.

10.Comprar en periodo de ofertas y rebajas

Conviene prestar atención a los descuentos, rebajas, ofertas especiales y promociones en comercios y restaurantes, las liquidaciones en tiendas y las actividades gratuitas.

Cuando hay que economizar, es preciso disminuir las salidas y cenas fuera de casa. Estas pueden reemplazarse por reuniones en el hogar, ciclos de cine, juegos con amigos o deportes al aire libre.

11.Cambiar la forma de pensar

Es esencial dejar de lado los conceptos y opiniones del pasado. Este es el momento de prepararse para afrontar la nueva coyuntura económica y fomentar la educación financiera. Para ello, conviene analizar el panorama actual con una visión a largo plazo: la crisis no va a durar siempre. Además, los esfuerzos que se hagan ahora se verán recompensados en el futuro.

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