La Unión de Consumidores de España (UCE) propuso ayer al Gobierno y a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) llegar a un acuerdo para congelar los precios el próximo año. El objetivo de esta medida: frenar el endeudamiento de las familias españolas.
En una nota, UCE instó al Gobierno a no tocar los precios públicos que fija cada año, como los de la luz, gas, trenes, correo o transporte interurbano, mientras que a la patronal empresarial le solicitó el «firme compromiso» de congelar los precios de productos y servicios.
La organización, que plantea extender esta solicitud a las comunidades autónomas y ayuntamientos, justifica la congelación de los precios por la actual situación de sobreendeudamiento que viven las familias españolas y el poco halagüeño panorama que, a su juicio, se perfila para el próximo año.
En este sentido, prevé nuevas subidas de los tipos de interés, hasta el 5,25%, así como un encarecimiento del barril de petróleo, que llegaría a alcanzar los 80 dólares, lo que conllevaría un incremento de la inflación hasta el 3%.
Pero lo que más preocupa a UCE es el aumento del precio de los alimentos. Según sus cálculos, productos alimentarios de primera necesidad como la leche, el pan o los huevos podrían subir un 20% el próximo año, como consecuencia del encarecimiento de los cereales a causa de la fuerte demanda de biocombustibles.
UCE está convencida de que la congelación de los precios no es una utopía, sino que es posible dado el actual ritmo de crecimiento de la economía española (4%) y los importantes beneficios empresariales.
