Una de cada diez personas se convierte en compradora compulsiva en Navidad

El trastorno se encuentra relacionado con el desencanto laboral y la baja autoestima
Por EROSKI Consumer 1 de enero de 2007

Durante las fiestas navideñas, la compra compulsiva se convierte en adicción para una de cada diez personas. Entre los síntomas de esta patología, tan grave como el alcoholismo o la drogadicción, se encuentra adquirir supuestos regalos que después nunca se entregan o hacerse con comida en exceso que se termina estropeando. También es corriente esconder las compras realizadas a los familiares, según apunta la profesora de la Universidad de Granada y experta en adicciones psicológicas Francisca López.

La compra compulsiva es un problema relacionado con la depresión provocada por el desencanto laboral, en el caso de los hombres, y la baja autoestima en el de las mujeres. Francisca López señala que puede tener unas consecuencias «nefastas» a largo plazo en la salud mental, con efectos «similares a los del alcoholismo o la ludopatía».

Mayor control institucional

La profesora de la Universidad de Granada añade que, tras realizar las compras, este fenómeno crea un sentimiento de culpabilidad y arrepentimiento, sobre todo debido a que muchas veces el gasto sobrepasa las posibilidades de los afectados.

Con el fin de mitigar la incidencia de la compra compulsiva, Francisca López insta a las instituciones a ejercer «un mayor control» sobre la publicidad y las rebajas, puesto que «no ayudan a solucionar el problema y enganchan cada vez a más personas».

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