Entrevista

Antonio Rodríguez, presidente de la Asociación Estatal de Programas Universitarios para Personas Mayores

Los mayores buscan mejorar su calidad de vida a través del ejercicio intelectual
Por Marta Vázquez-Reina 28 de octubre de 2009
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Los programas universitarios para mayores son la respuesta a la inquietud intelectual de muchos adultos que en su momento no pudieron acceder a la universidad o que en una nueva etapa de su vida desean ampliar los conocimientos en determinadas áreas. Comenzaron a implantarse en las universidades españolas hace más de 30 años y se consolidaron con la expansión registrada en la década de los noventa. Hoy en día, 71 instituciones de educación superior de nuestro país programan estas actividades formativas, paralelas a las enseñanzas regladas.

Con el fin de estructurar y fomentar estos programas educativos de carácter universitario, en 2004 se creó la Asociación Estatal de Programas Universitarios para Personas Mayores (AEPUM). Antonio Rodríguez, profesor titular del Departamento de Teoría de la Educación, Historia de la Educación y Pedagogía Social de la Universidad de Santiago de Compostela, preside desde hace tres años esta asociación, integrada en la actualidad por 34 universidades españolas.

¿Cuál es el balance de los programas universitarios para mayores desde su implantación en nuestro país hace más de tres décadas?

El balance es positivo, tanto en un plano cuantitativo, con un aumento progresivo del número de alumnos y de universidades, como cualitativo, debido a la mejora constante de los propios programas.

¿Qué nivel de reconocimiento jurídico e institucional tienen estas actividades formativas?

“La mayoría de los programas están reconocidos por las propias universidades”

No hay un reconocimiento legal por parte de las instituciones políticas, Estado y comunidades autónomas. Sin embargo, la mayoría de los programas están reconocidos por las propias universidades, ya que fueron aprobados, junto con su normativa de régimen interno, por los órganos universitarios correspondientes, como puede ser la junta de gobierno, el claustro o el consejo social.

¿Se ha logrado algún avance en este aspecto?

Algunos ha habido. En la Resolución de 21 de diciembre de 2007, que convocaba subvenciones para actividades destinadas a mejorar la calidad de la educación superior, se incluyó por primera vez el estudio y análisis de la realidad de la universidad de mayores, entre las líneas de trabajo susceptibles de obtener subvención. Del mismo modo, en la convocatoria del año 2009 se priorizan las propuestas realizadas en este marco.

¿Es suficiente la implicación de las universidades?

El crecimiento de la oferta se debe al compromiso que tienen las universidades con estos programas. De hecho, al principio, en muchas de ellas la financiación corría a cargo del presupuesto de la propia institución académica.

¿Qué repercusión tendrá en la educación universitaria para mayores la próxima implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)?

“Uno de los objetivos del EEES es la educación a lo largo de la vida”

En principio no tendría por qué tener ninguna repercusión, excepto la de adecuarse a la terminología del EEES. En todo caso, le puede beneficiar, puesto que uno de los objetivos de este espacio es la educación a lo largo de la vida y esto lleva implícito el reconocimiento legal por parte de las instituciones de los estudios diseñados para los mayores.

¿Cuáles son las principales fuentes de financiación de estos programas?

Las propias universidades, la matrícula de los alumnos, las comunidades autónomas y otras instituciones públicas y privadas.

¿Se han diseñado planes de estudios homogéneos para todo el país o cada universidad funciona de modo independiente?

Los programas dependen del perfil de la universidad que los oferta, incluso en algunas, con varios campus en distintas localidades, las materias del programa son diferentes para cada uno de ellos. Sin embargo, sí hay coincidencias en la estructura. La mayoría tiene un plan de estudios de tres o cinco años, con la misma carga lectiva. En determinados encuentros, seminarios y reuniones se ha abordado la posibilidad de establecer un modelo lo más similar posible.

A partir del próximo curso, se implantará en las universidades españolas la nueva prueba de acceso para mayores de 45 años y la matriculación directa para los mayores de 40 que acrediten experiencia laboral. ¿Afecta de algún modo esta nueva normativa a los programas?

En principio no, sólo se abre una nueva posibilidad de acceder a las titulaciones, grados y postgrados oficiales. Sí beneficiaría a quienes hasta ahora no han podido acceder a estas titulaciones oficiales por no cumplir los requisitos exigidos; es decir, hace equivalentes los programas universitarios para mayores con los requisitos para quienes superan los 40 o los 45 años. Pero habrá que negociar con el Ministerio y es necesario un desarrollo legislativo.

¿Cuáles son las motivaciones de los mayores para acudir a la universidad?

“Los mayores acuden a la universidad para mantenerse activos y encontrarse con otras personas distintas a las de su entorno”

Son muy variadas. Entre ellas, destaca el hecho de continuar su aprendizaje y adquirir nuevos conocimientos. Gracias a estos programas, acceden a la universidad quienes en su momento no pudieron hacerlo y retornan quienes pasaron por las aulas universitarias hace años. También les motiva la posibilidad de estar activos y encontrarse con otras personas distintas a las de su entorno familiar y social. En definitiva, los alumnos buscan mantener o mejorar su calidad de vida a través del ejercicio intelectual.

¿Qué nivel de consolidación tienen los programas de mayores en nuestro país?

Casi todas las universidades españolas los han implantado. A la AEPUM están asociadas en este momento 34 centros y otros dos acaban de solicitar su ingreso. En la actualidad, el número de alumnos en las 53 universidades de las que tenemos datos supera los 30.000.

¿Hay un perfil medio de los estudiantes mayores?

No, éste cambia con el tiempo. En los primeros años, los hombres eran mayoría. Ahora lo son las mujeres.

¿Cuáles son las áreas de conocimiento más demandadas?

La mayoría de las materias, cuando son optativas, las eligen los alumnos de manera independiente al área en el que cursan. Tienen más demanda las áreas de humanidades y ciencias sociales. Pero la elección depende en muchos casos de la materia, de la actitud de los profesores y de la información que tengan de otros compañeros.

¿Es mejor un alumno mayor que otro joven?

“Los mayores tienen una experiencia muy superior a los jóvenes”

Ni son mejores ni peores, son diferentes. Los mayores tienen una experiencia muy superior a los jóvenes y, con ella, pueden suplir los déficits físicos o psíquicos (memoria). Respecto a la motivación, es distinta. Los jóvenes se preparan para su futuro profesional y buscan una titulación, mientras que los mayores quieren, entre otras cosas, mejorar sus conocimientos, sentirse activos y ocupar su tiempo libre.

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