Las aulas hospitalarias, destinadas a proporcionar atención educativa a los niños que deben permanecer una larga temporada ingresados, están hoy en día disponibles en casi todos los hospitales del país, facilitando de este modo la reintegración posterior de los pacientes infantiles a los centros escolares. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando el niño o adolescente finaliza su periodo de hospitalización y debe continuar con una estancia de convalecencia en su domicilio?
Los programas
Pedro y sus 26 compañeros de clase han comenzado esta semana el temario de Inglés con los verbos irregulares, todos ellos tendrán que aprender lo mismo, la única diferencia es que Pedro, al contrario que los demás, lo hará con un profesor desde casa, ya que por motivos de enfermedad debe permanecer convaleciente durante tres meses en su domicilio; pero el resultado será el mismo, pasado este periodo, Pedro podrá incorporarse a su clase con toda normalidad sin mostrar ningún retraso respecto a sus compañeros.
Hoy en día, el alumnado en estas circunstancias ya no se encuentra en situación de desventaja respecto a sus compañeros
El caso de Pedro y de casi un millar de niños más en nuestro país es posible gracias a los programas de atención educativa domiciliaria puestos en marcha por distintas comunidades autónomas en colaboración, en algunos casos, con diversas ONG y asociaciones de padres con niños enfermos. Estos programas vienen a cubrir el vacío de asistencia educativa al que se tenían que enfrentar muchos niños que a causa de una enfermedad debían permanecer, después de recibir el alta hospitalaria, durante un periodo de tiempo prolongado en su domicilio, y que provocaba que sufrieran un importante retraso educativo respecto a sus compañeros, que en muchos casos se traducía en un futuro fracaso escolar. Ahora, el alumnado en estas circunstancias ya no se encuentra en situación de desventaja sobre sus compañeros, puesto que con estos programas se garantiza la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje del alumno adaptado a sus propias necesidades personales.
La atención educativa
El objetivo principal de estos programas es evitar el aislamiento tanto en el ámbito educativo como social de los niños convalecientes, proporcionándoles, además del apoyo psicológico necesario en esos momentos, una conexión continua con su centro de enseñanza que les facilitará su reincorporación posterior. De este modo, el alumno que necesita atención domiciliaria, aunque recibe una enseñanza adaptada a sus circunstancias personales y a la enfermedad de la que está convaleciente, seguirá siempre el programa de trabajo de su centro, siguiendo las pautas que su tutor habitual establezca con el profesor que le atenderá durante el periodo de convalecencia.
Intervienen tres actores principales además del alumno: la familia, el centro educativo y el profesorado
Y es que en estos programas intervienen tres actores principales además del alumno: la familia, el centro educativo y el profesorado; todos ellos deben estar coordinados entre sí para conseguir una mayor efectividad en la atención educativa. En primer lugar, la familia, apoyo fundamental del niño, debe mantener una comunicación plena con el centro educativo, informándole periódicamente de la evolución de su enfermedad y de su estado anímico, asimismo, debe colaborar en la medida de lo posible en la tarea educativa del profesor, puesto que en algunos casos las horas asignadas no son suficientes para atender las necesidades del alumno. Por su parte, el centro, además del contacto anteriormente mencionado con el profesor, debe facilitar la fluidez de las relaciones entre el niño convaleciente y sus profesores y compañeros, logrando así que no se sienta apartado socialmente una vez se reincorpore a la actividad escolar normal.
Cómo solicitar este servicio
Los pasos que se han de seguir para obtener atención educativa domiciliaria difieren poco entre los distintos programas ofrecidos por las comunidades autónomas; en todos los casos el procedimiento debe iniciarlo la familia del niño convaleciente, que debe dirigirse al centro escolar del alumno solicitando este servicio. Al realizar la solicitud al centro escolar, la familia tiene que aportar un informe previo elaborado por los servicios de salud de su comunidad, en el que conste la necesidad de que el niño permanezca convaleciente en el domicilio por un período determinado; hay que tener en cuenta que en la mayoría de las comunidades exigen que este periodo sea de un mínimo de 30 días, aunque en algunas autonomías, como en Baleares y Navarra, se ofrece asistencia a partir de 20 o 21 días respectivamente.
El tutor y el profesor que se le asigne al niño elaborarán un programa educativo específico acorde con el del centro
Posteriormente, el centro será el encargado de realizar los trámites con el correspondiente programa comunitario para solicitar la asistencia domiciliaria educativa para el alumno, contemplando las necesidades específicas que éste pudiera tener con motivo de la enfermedad que padece. Una vez concedida la atención, el tutor y el profesor que se le asigne al niño elaborarán un programa educativo específico, acorde con el del centro y con las adaptaciones curriculares necesarias, que seguirá el profesor durante las horas de clase destinadas en cada programa, que oscilan entre 4 y 9 horas semanales dependiendo de cada comunidad.
A continuación describimos algunos de los programas de atención educativa a domicilio más generalizados en algunas comunidades autónomas. El resto de las autonomías prestan asimismo estos servicios, aunque en muchos casos no como programas independientes sino como medidas específicas dentro de sus propios dispositivos de atención a la diversidad en materia educativa. En caso de que un alumno necesite recibir atención de este tipo, lo más recomendable es consultar su disponibilidad con el propio centro educativo del estudiante que necesite asistencia.
Madrid: el Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario de la Consejería de Educación madrileña, que comenzó de forma experimental en el 2001 extendiéndose a todo la comunidad en los años siguientes, se dirige al alumnado de Educación Primaria y de ESO de centros sostenidos con fondos públicos que, por prescripción facultativa, no pueda asistir con regularidad a clase y siempre que el período de convalecencia sea superior a 30 días. El horario de atención educativa es de 6,7 u 8 horas semanales en Primaria, dependiendo de si el niño está en 1º, 2º o 3º ciclo, y de 9 horas semanales para los alumnos de ESO.
Navarra: el Programa Educativo de Atención Domiciliaria proporciona asistencia a niños desde educación Infantil a Bachillerato de centros sostenidos con fondos públicos, siempre que el tiempo de estancia domiciliaria sea de un periodo mínimo de 21 días naturales. El programa incluye cinco horas semanales de atención domiciliaria a los alumnos de Infantil y Primaria y 8 horas a los de niveles superiores.
Castilla la Mancha: los Equipos de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria, puestos en marcha por la Consejería de Educación y Ciencia de esta comunidad en el curso 2002-2003, atienden a escolares desde Infantil hasta Bachillerato. Actualmente operan 8 equipos y un total de 37 profesores, que dieron clase el pasado curso a más de 240 convalecientes.
Andalucía: Desde el año 1999, se lleva a cabo en esta comunidad un Programa de Atención Educativa Domiciliaria mediante el desarrollo de un convenio de colaboración entre la Consejería de Educación Ciencia y la Fundación Save The Children. La atención educativa domiciliaria es llevada a cabo por profesores voluntarios diplomados o licenciados y profesionales de la educación que de forma voluntaria y gratuita acuden al domicilio de los niños.
País Vasco: los Centros Territoriales para la Atención Educativa Hospitalaria, Domiciliaria y Terapéutico-Educativa son los responsables de coordinar la asistencia educativa a los alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria tanto de centros públicos como concertados que no puedan acudir a clase por un periodo mínimo de 30 días.
La Rioja: el Programa de Atención Educativa en Domicilio es un servicio que oferta la Dirección General de Educación a los alumnos de Primaria y ESO escolarizados en centros sostenidos con fondos públicos que no puedan asistir a su centro durante un periodo superior a 30 días. Las actividades educativas se desarrollan en el domicilio del estudiante durante un periodo de tiempo comprendido entre 4 y 6 horas semanales.
Baleares: el Servicio de Atención Educativa Domiciliaria (SAED) de la comunidad Balear proporciona asistencia a alumnos en edad de escolarización obligatoria que por motivos de enfermedad no puedan asistir a clases por un periodo mínimo de 20 días.