Cerca de 130.000 escolares están diagnosticados en España como alumnos con necesidades educativas especiales

La introducción de las nuevas tecnologías en las aulas resulta clave para lograr la integración de estos estudiantes
Por EROSKI Consumer 4 de noviembre de 2003

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se han convertido en la esperanza de muchos alumnos con necesidades educativas especiales. Así, por ejemplo, permiten que un niño con parálisis cerebral pueda jugar con sus compañeros. Mediante un sintetizador de lenguaje con una luz verde y otra roja, el chaval envía a sus amigos a correr apretando la primera y hace que se detengan, apretando la segunda. Éste es solamente un ejemplo citado por Jesús Beltrán, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, durante la Conferencia Europea sobre Necesidades Educativas Especiales y Tecnologías de la Información, que ha reunido en Madrid a expertos y docentes de toda Europa.

Para Beltrán, la realidad de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación comienza con «profecías fallidas»: «en la década de los años 20 se decía que los dibujos reemplazarían a los libros, en los 50 la televisión se presentaba como el futuro de la educación, en los 60 la enseñanza asistida por ordenador iba a desplazar a los profesores… Ahora se dice que la escuela del siglo XXI es la web. Pero la verdadera realidad es que ni los libros han desaparecido, ni se han vaciado las aulas y no se ha desplazado a los profesores». Así, aunque nadie puede negar que las nuevas tecnologías representan un importante poder, Beltrán señala que «son sólo un instrumento que, aunque podrá condicionar el destino de la educación, nunca será capaz de cambiar la enseñanza por sí misma».

En España, cerca de 130.000 escolares están diagnosticados como alumnos con necesidades educativas especiales, según se puso de manifiesto en la Conferencia. Su escolarización tiene dos modalidades: en centros ordinarios integrados con el resto del alumnado y en centros o aulas específicas de educación especial. El 2,3% del alumnado tiene necesidades educativas especiales permanentes, de ellos el 1,8% está integrado en centros ordinarios y el 0,5% está escolarizado en centros específicos.

Por otra parte, es la Educación Primaria la etapa educativa con mayor relación de este alumnado integrado en centros ordinarios (23 por 1.000), seguida de Secundaria (15 por 1.000) y, por último, la Infantil (8 por 1.000). La deficiencia psíquica es el diagnóstico con mayor porcentaje, con un 68%; el diagnóstico de plurideficiencia alcanza el porcentaje del 9%, mientras que los diagnósticos de deficiencia motórica, autismo, problemas graves de la personalidad y deficiencias sensoriales (auditiva y visual) afectan a porcentajes comprendidos entre el 3 y el 7%. Además, y según datos del Instituto Nacional de Calidad Educativa (INCE), son los centros públicos los que acogen a un 79% de este alumnado, frente a un 21% que se encuentra escolarizado en los privados.

«Rediseñar» la educación

Los expertos consideran que si las tecnologías apoyan una pedagogía de la reproducción «estarán condenadas desde el comienzo a replicar y reproducir los datos informativos». Por contra, si apuestan por una pedagogía cognitiva pueden ayudar a «rediseñar» la educación, comenzando por redefinir el papel del profesor (clave en el proceso educativo) y haciendo que los alumnos puedan utilizar los instrumentos tecnológicos al servicio de su aprendizaje. «Hasta ahora, el problema reside en que se continúa aprendiendo de manera pasiva desde la pantalla y no se hace de la tecnología un instrumento cognitivo», afirma Beltrán.

No obstante, en algunos colegios del mundo se han empezado a configurar nuevas comunidades de aprendizaje en donde «todos aprenden y todos enseñan». En ellas se ensayan modelos educativos que cambian la relación profesor-alumno, la interacción educativa, la estructura curricular, los sistemas de evaluación y el clima escolar. En ellos las tecnologías están integradas dentro del aula y el software educativo cobra un papel relevante.

Los recursos tecnológicos tienen una alta capacidad de adaptación a las minusvalías, deficiencias o discapacidades pero, por otra parte, resulta cierto que estas tecnologías de ayuda para personas con discapacidad son, a día de hoy, limitadas en la mayoría de los colegios españoles. Por ello, en la Conferencia se puso de manifiesto la necesidad imperiosa de que la educación digital se extienda al terreno de la educación especial, «porque aunque se cuenta con soluciones técnicas en los laboratorios, es necesario que éstas se apliquen en la cotidianidad de las aulas». Sobre este aspecto, los expertos advierten de la «brecha digital» que pueden suponer las nuevas tecnologías para los alumnos con discapacidad, lo que contribuye a ensanchar las diferencias y aumentar la segregación.

Prioridad de la UE

La incorporación de las nuevas tecnologías a la enseñanza es una de las prioridades políticas y sociales de la Unión Europea (UE). Una cuestión que dejaron bien clara durante el pasado mes de mayo los ministros de Educación de los Quince, que aprobaron una resolución en la que se comprometieron a «fomentar y apoyar la plena integración de los niños y jóvenes con necesidades especiales mediante la educación y formación adecuadas». Para ello, apuestan por «prestar atención a la utilización de las nuevas tecnologías multimedia y de Internet, a fin de mejorar la calidad del aprendizaje».

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