Una exposición mostrará los fósiles encontrados en las obras de un túnel de la Autovía del Cantábrico

De los restos localizados, 14 pertenecen a especies desconocidas hasta ahora para la ciencia
Por EROSKI Consumer 13 de noviembre de 2003

Este sábado se inaugurará en Ribadesella (Asturias) una exposición sobre los fósiles encontrados durante la perforación de un túnel en la Autovía del Cantábrico, según informó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

La muestra, que lleva por título «Un tesoro geológico en la Autovía del Cantábrico. El Túnel Ordovícico del Fabar (Ribadesella, Asturias)», consta de 21 paneles agrupados en cuatro secciones expositivas: la obra y el túnel, el marco temporal de la excavación (el periodo Ordovícico), la geología y los fósiles del túnel.

Asimismo, hay 12 vitrinas con fósiles y una de rocas, más dos maquetas: un trilobites de gran tamaño, reconstruido en posición de vida con antenas y patas, y una esfera terrestre con la configuración de los continentes en el Ordovícico.

La exposición está organizada por los ministerios de Fomento y Ciencia y Tecnología, el Ayuntamiento de Ribadesella y la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC).

Las investigaciones geológico-paleontológicas llevadas a cabo por el CSIC en el túnel se centraron en una sección de más de 650 metros de espesor formada por rocas ordovícicas, de antigüedad comprendida entre los 457 y 490 millones de años.

La exploración, que duró seis meses, se desarrolló capa a capa a través de un cuarto de millón de toneladas de antiguos sedimentos marinos.

Los restos encontrados pertenecen a dos centenares de especies distintas muy bien conservadas, de las cuales 14 son nuevas para la ciencia y otras muchas se citan por vez primera en España y el suroeste de Europa. Los principales grupos representados son los trilobites, graptolitos, moluscos, braquiópodos y equinodermos de la época.

Los científicos del CSIC hallaron además el petróleo más antiguo de Europa centro-meridional, así como capas de roca muy especiales de interés tanto económico como científico. Una de estas capas evidencia los efectos de un terremoto marino gigantesco que concentró los restos de miles de millones de conchas marinas, y otra identifica la erupción volcánica más grande de todos los tiempos registrada en suelo español. En ella se proyectaron a la atmósfera al menos 32 kilómetros cúbicos de cenizas, según el CSIC.

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