Los establecimientos llamados cat-cafés desembarcan en España. Estos locales permiten tomar un café rodeado de gatos y hasta consultar la prensa o engancharse a una red wifi mientras que se goza de las peludas caricias de los minimos que los habitan. Este artículo explica qué es un cat-café, cómo funcionan y por qué ayudan a la adopción de los gatos sin hogar. Se ofrece, además, un directorio internacional de este tipo de establecimientos felinos alrededor del globo.
Cat-cafés en España: una cafetería para adoptar gatos
Los cat-cafés permiten disfrutar de la compañía de los gatos mientras se toma un café, pero también es posible adoptar a un animalEn el interior de La Gatoteca, en Madrid, los amantes del café comparten su bebida con unos inquilinos muy particulares: los gatos. «Este local es el primer cat-café de España, un espacio-cafetería donde los gatos que lo habitan gozan de la misma libertad que tendrían en un hogar particular», explica Eva Aznar, directora de este proyecto.
Quienes visitan este local tan felino disfrutan del café que ofrece el establecimiento mientras dan de comer a los gatos, o pasan las horas zambullidos entre las páginas de algún libro con un animal en el regazo. Los más tecnófilos, por su parte, aprovechan para engachar sus dispositivos móviles a la red wifi con la que cuenta el local, mientras disfrutan de la compañía de los peludos habitantes del espacio.
La gata Bernardita, una hembra tricolor, lista y cariñosa; el gato Roco, del que dicen que encandila al resto de felinas y clientela femenina con su intensa mirada de color verde; y la cariñosa y charlatana Pixulina. Estos son algunos de los felinos que viven de forma temporal en La Gatoteca. ¿El motivo? Todos ellos buscan un adoptante que les dé el cariño y los cuidados que necesitan.
La Gatoteca es un espacio pensado para que los felinos que lo habitan encuentren el hogar que tanto tiempo llevan buscando. «Nuestra prioridad es el bienestar de los gatos. Si nosotros cuidamos de ellos, ellos cuidarán de nosotros», añade Aznar.
Una red global de cafeterías para adoptar y disfrutar de los gatos
Los cat-cafés, establecimientos públicos donde compartir café y tiempo rodeado de gatos, no son nuevos. Taipei, en Taiwán, fue la primera ciudad en inaugurar un cat-café (al menos, la primera reconocida), allá por 1998. Desde entonces, el movimiento de los establecimientos felinos donde relajarse y cuidar a los felinos que los habitan no ha hecho más que crecer.
Osaka, en Japón, abrió su cat-café en 2004. Este establecimiento felino está pensado para los ciudadanos amantes de los gatos que no tienen tiempo o espacio suficiente en casa para cuidar de los mininos. Esta cafetería (aquí puede verse en vídeo) es un paraíso para sus peludos inquilinos. Y también para sus visitantes de dos piernas, quienes pueden pasar la tarde acariciando, alimentando y jugando con los gatos que lo habitan.
Ciudades como Tokio, Londres, Budapest, Viena y París (que acaba de inaugurar su Le café des chats, en septiembre de 2013) también se unen al movimiento de establecimientos amigos de los gatos que recorre la parte del globo terráqueo más felina.
Estos locales permiten a los clientes relajarse mientras juegan con los gatos, alimentar a los felinos cuando llega la hora de la comida y disfrutar del reconfortante ronroneo del gato mientras se relajan después de horas de trabajo. Unas actividades muy apreciadas por aquellos ciudadanos que no tienen tiempo suficiente o espacio en casa para convivir con un felino propio.
Cafeterías que ayudan a adoptar gatos, ¿cómo funcionan?
Ciudades como Londres, Tokio, París y Madrid ya cuentan con sus cat-cafés o cafeterías para gatos
Algunos cat-cafés, además, permiten fomentar la adopción de gatos, ya que sus felinos buscan un hogar definitivo y una familia humana que les cuide como merecen. Es el caso de La Gatoteca de Madrid, gestionada por la Asociación Benéfica por el Rescate e Inserción de Gatos en Adopción, Abriga.
La entrada a este establecimiento implica una donación de cinco euros, con consumición; aunque el precio varía en función del tiempo que se quiera pasar en el interior del establecimiento. El destino de la entrada es solidario: va destinado a sufragar los gastos de mantenimiento del café felino, así como a los cuidados y alimentación de sus peludos inquilinos, que incluyen la atención veterinaria.
¡Buen café (y solidario) rodeado de gatos, a todos!
La Gatoteca, en Madrid.
Cat-café en Osaka, Japón.
Devon, en Totnes (Reino Unido).
Café des chats, en París.
Cat Café, Budapest
Café Neko, de Viena
Cat Café, Alemania.
Norie Cat, Corea.