¿Cómo educar a un perro? La respuesta a esta pregunta no siempre es sencilla. Quienes conviven con un can cometen fallos frecuentes cuando enseñan al perro pautas de educación. Desaciertos que causan frustración en el dueño y, también, en el can. En este artículo se recogen cinco equivocaciones en la educación del perro: usar el castigo en lugar del refuerzo, frenar un comportamiento de golpe, usar la fuerza, dar órdenes complicadas y culpar al perro de nuestros propios errores.
¿Cómo educar a un perro sin frustrarse?
La educación de un perro precisa la implicación del dueño, y nunca culpar al can de nuestros propios errores
La educación de un perro no siempre resulta una tarea sencilla. Los canes son animales inteligentes, cariñosos, divertidos y con una capacidad de aprendizaje enorme. Sin embargo, ser el dueño de un can implica también algunos retos. ¿Qué hacer cuando el can trata de robar la comida de la cocina, tira de la correa en exceso durante los paseos o parece empeñado en morder y destrozar los muebles del salón?
«No siempre es fácil interpretar el lenguaje o el comportamiento del perro, pero ese es el reto de quien pretende enseñar a un can», afirmaba la etóloga Karen Pryor, autora de ¡No lo mates… ¡enséñale! (Kns, 2012) frente a un grupo de educadores caninos reunidos el pasado septiembre en Madrid.
La educación de un perro puede ser una experiencia gratificante y cansada a partes iguales. Las enseñanzas caninas precisan, además, una alta implicación por parte del dueño, y puede ser un apoyo recurrir a la ayuda de expertos. Los etólogos resultan un valioso sostén en este periplo.
La paciencia, el cariño, así como las ganas de aprender del dueño, son también compañeros indispensables si se pretende tener éxito en la instrucción de un can. Sin embargo, existen algunos errores comunes cuando tratamos de educar a un perro. Cinco de estos equívocos frecuentes se detallan a continuación.
1. Error en la educación del perro: castigar en lugar de reforzar
«El castigo es desagradable en la educación de un perro, más efectivo es el refuerzo positivo», dice la etóloga Karen Pryor
La educación del perro, como otras formaciones, cuenta con muchas corrientes. Existen, en consecuencia, modos distintos de abordar la instrucción de los canes, en muchas ocasiones incluso contradictorias. Entre ellas, la educación del perro en positivo cobra fuerza. Sus partidarios sugieren olvidarse de los castigos caninos. Y optar por el refuerzo positivo cuando se quiere enseñar una pauta al can.
«El castigo es desagradable e innecesario cuando se quiere educar a un perro«, añade Pryor. Esta experta en comportamiento animal propone olvidarse de las reprimendas; y, aboga, sin embargo, por los premios. «El refuerzo positivo es la herramienta más poderosa que tenemos para enseñar a un can lo que esperamos que haga», dice la etóloga.
Los premios para canes (comestibles, caricias, etc.) proporcionan placer al peludo amigo. Por ello, el animal no tardará en asociar una conducta aprendida con una experiencia agradable, por lo que es más sencillo que quiera repetirla y mostrarla.
2. Error en educación canina: frenar un comportamiento de golpe
La educación del perro, como la humana, no es instantánea. Todos, incluidos los canes, necesitamos un tiempo para aprender y fijar los conocimientos adquiridos.
Los expertos en educación canina en positivo suelen recomendar, en consecuencia, huir de las órdenes demasiado contundentes (como «stop») cuando se trata de educar a un alumno peludo o de animarle a que abandone una conducta poco deseada (como comer heces de otros perros).
Estas órdenes que pretenden modificar la conducta canina a través del «control de su parada» implican un aprendizaje estresante, añaden los expertos en educación canina en positivo. «Un perro puede sufrir un alto grado de ansiedad ante órdenes severas, así como por la agresividad de su propietario», coincide, por su parte, Turid Rugaas, educadora canina y autora del manual ‘El lenguaje de los perros’ (Kns, 2013), obra de referencia en esto de las enseñanzas caninas en positivo.
3. Error en la educación del perro: usar la fuerza
La fuerza y los castigos físicos hacia el perro no solo son crueles (y pueden ser constituyentes de delito) sino que, además, suelen tener consecuencias poco deseables. El uso de la fuerza siempre provoca miedo en el perro.
Las represalias físicas, en consecuencia, no son buenas compañeras de la educación del perro: tienen demasiadas consecuencias negativas.
4. Errores de la educación del perro: dar pautas complicadas
No conviene agobiar al perro con demasiadas enseñanzas. Tampoco es buena idea ofrecer pautas complejas al peludo amigo que se inicia en la educación.
La paciencia es, por el contrario, clave para lograr que un perro aprenda. Un can principiante necesita asimilar pautas sencillas, como aprender a sentarse o pararse antes de cruzar la calle durante los paseos con correa con su dueño.
5. Error en la educación canina: culpar al perro
Pero, ¿qué pasa cuando no se logra que el perro deje de tirar de la correa durante los paseos, que el can acuda cuando le llamamos o que el cachorro deje de morder nuestros zapatos? «La culpa de que no logremos enseñar al can lo que pretendemos es siempre nuestra, nunca del perro», zanja Pryor.
Un fracaso no debe ser, por lo tanto, motivo de enfado, frustración ni desánimo. Un revés en la fascinante tarea de la educación del can solo implica que necesitamos aplicarnos más para entender mejor a nuestro peludo amigo. Y en este camino, un profesional del comportamiento animal será una ayuda relevante.