Cómo cepillar al perro en seis pasos

El cepillado del can debe ser anterior al baño, con un cepillo adecuado, que no enrede el pelo ni haga daño al animal
Por Eva San Martín 22 de mayo de 2015
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Imagen: Gordon

El cepillado del perro es un hábito de higiene muy importante, más aún ahora que llegan los meses de calor: mantiene el pelo limpio, protege y cuida la piel canina y, además, favorece la circulación, gracias a que las púas del cepillo ejercen durante esta actividad un masaje muy beneficioso. En casa, conviene hacer que el cepillado diario del perro sea una parte más de la rutina de aseo del resto de la familia. Para lograrlo, basta con seguir los siguientes seis pasos: cepillar al can antes del baño, adaptar el cepillado al animal, comenzar desde que es un cachorro, elegir un buen cepillo, utilizar una toalla para recoger los pelos y considerar unos cuidados especiales para perros de pelo largo.

Imagen: Gordon

Paso 1. Cepillar al perro antes del baño

El cepillado debe ser antes del baño, y no después. «El pelo mojado del perro se enreda más que el seco, por lo que el manto canino húmedo es más difícil de cepillar», explica la veterinaria Sarah Hoggan, de la Universidad de Washington (EE.UU.) y autora de un extenso manual sobre higiene canina.

Los enredos del pelo mojado prolongarán el tiempo de secado, por lo que el sencillo paso de cepillar antes de bañar puede ahorrar tiempo en el aseo, ¡además de molestias para el peludo compañero!

Paso 2. ¿Cada cuánto cepillo a mi perro?

La longitud de pelaje del perro es la clave para conocer qué cuidado precisa el manto del amigo de cuatro patas. Hay canes de pelo corto (como el dálmata), medio (el cocker) o largo (un collie).

La frecuencia del cepillado del perro varía también en función del tipo de pelaje: rizado, liso, largo o corto. Un animal con tendencia a la formación de nudos y marañas en su cabello puede necesitar, incluso, más de un cepillado al día.

Paso 3. Cepillar al perro: ¡cuanto antes, mejor!

Cuanto antes se comience a cepillar al can, antes aceptará la higiene de su pelo como parte de sus hábitos cotidianos, y más fácil será que la disfrute. Y es que el perro es un animal de costumbres.

La rutina habitual del peinado puede convertirse, además, en una forma de estrechar la relación con la mascota de forma positiva: acompañar el cuidado del pelaje con caricias y palabras amables ayudará a que se sienta más cómodo.

Paso 4. Elegir el cepillo del perro

Los peines para canes pueden ser de púas metálicas o de plástico. Si su diseño es el adecuado, el arrastre no debe estropear el manto del animal ni propiciar tirones innecesarios.

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Imagen: comedy_nose

Mientras que los peines son un utensilio que puede ser válido para los perros de manto corto, este instrumento no siempre es el apropiado en caso de mascotas con el manto largo o rizado. A menudo, las púas se enmarañan en este tipo de pelajes. En estos casos, optar por un cepillo canino es una opción acertada. La longitud de las cerdas será relevante al elegir el mejor utensilio para cepillar al perro: cuanto mayor longitud tenga el pelo, más largas deben ser, por regla general, las cerdas.

Paso 5. Una toalla para atrapar los pelos del perro

Cepillar al can… ¡y llenar la casa de pelos! ¿A quién no le suena esta escena? Por fortuna, algunos trucos sencillos ayudan a mantener el suelo limpio.

El más recurrente consiste en cubrir el suelo de la habitación donde se realizarán las tareas de higiene del pelaje del perro. Hay que intentar sentar al peludo compañero sobre una toalla mientras se le cepilla. Así, los pelos muertos acabarán en la tela y no en el suelo.

Paso 6. Cepillado para perros de pelo largo

No es extraño que un can de pelo largo sea propenso a tener enredos en su manto y zonas de marañas en el pelaje. En estos casos, conviene ser especialmente constante con la rutina del cepillado del perro e, incluso, realizarla más de una vez al día.

Hay que tener en cuenta que, en cualquier caso, cuando el cepillo del perro no es el adecuado para las características de su pelaje, es posible que el pelo se rompa. Esto explica que el cepillado deba hacerse, de forma general, en el sentido del crecimiento del pelo; así se evitan tirones y daños innecesarios.

Lea más sobre higiene en perros. Siga a su autora, Eva San Martín, en Twitter: @evasanmartinf.

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