¿Por qué muchos perros ladean la cabeza cuando les hablamos? La escena no extrañará a quien ha convivido con un can: cuando le hablamos, inclina su cabeza hacia un lado. Este adorable gesto, sin embargo, intriga a los amantes de los animales. ¿Por qué lo hace? Los expertos caninos tampoco se ponen de acuerdo: las razones van desde que así el perro nos oye mejor (dirige los oídos hacia la fuente de voz), hasta que los canes ladean la cabeza porque su hocico les impide vernos los labios cuando les hablamos.
¿Por qué los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos?
Hablamos con el perro y, de pronto, el peludo amigo ladea su cabeza. La escena no extrañará a quienes han convivido con un can. Este gesto resulta adorable y entrañable a partes iguales. Intriga a los amantes de los animales y fascina a los expertos. Pero, ¿por qué el perro inclina la cabeza cuando le hablamos?
Seis de cada diez perros inclinan la cabeza cuando les hablamos como un gesto normal, y el porcentaje crece en canes de hocico grande
Los especialistas en comportamiento canino no se ponen de acuerdo, pero sí arrojan algunas hipótesis plausibles para entender este agradable gesto, que consigue miles de visitas en YouTube. ¿Quién no ha visto aún el entrañable vídeo con cuatro perros carlinos que inclinan la cabeza cuando su dueño les habla? La grabación ha conseguido, por el momento, nada menos que cerca de cuatro millones de reproducciones.
¿El can ladea la cabeza para entendernos mejor?
Algunos expertos sugieren que los canes inclinan la cabeza con el fin de escuchar mejor lo que les decimos. Esta teoría es la que sostiene, entre otros, la psicóloga experta en canes Alexandra Horowitz, autora de ‘En la mente del perro’ (RBA, 2011). En otras palabras, el peludo amigo movería su cabeza para adaptar sus pabellones externos del oído a la dirección de nuestra voz y, de este modo, escucharnos mejor.
Los canes reconocen cerca de 165 palabras humanas (algunos más) y son capaces de contar hasta cinco, concluyen investigaciones recientes. Entonces, no sería extraño que ladeen la cabeza para distinguir mejor algunos de estos vocablos y expresiones claves del idioma humano, como «¡Es la hora de la comida!» o «¿Quieres salir a la calle?».
Los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos para distinguir palabras, pero también porque el hocico les impide ver nuestra boca en su posición normal
«Cuando un perro inclina la cabeza trata de identificar palabras y entonaciones familiares, que el animal asocia a determinadas actividades, como salir al parque u obtener un premio comestible«, defiende, por su parte, el etólogo canino Steven Lindsay, autor de ‘Manual de Comportamiento Canino Aplicado y Entrenamiento’ (Wiley-Blackwel, 2000).
El adorable gesto, además, no suele tardar en causar efecto positivo en su interlocutor. ¿Quién no puede resistirse ante la cautivadora estampa de un perro que nos mira con semejante expresión de atención? Esto explicaría, en consecuencia, que el animal no dude en repetirlo: las recompensas y muestras de cariño obtenidas por parte de su amigo de dos piernas son un atractivo aliciente y, además, un acicate que fortalece la comunicación entre canes y personas.
Los perros inclinan la cabeza para vernos mejor
Sin embargo, no todos los expertos comparten estas explicaciones del embaucador ademán canino. El investigador Stanley Coren, de la Universidad de British Columbia (Canadá), opina que, ante todo, «los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos porque este gesto facilita su visión de nuestra boca». ¿Cuál es la razón? El hocico reduce la visibilidad frontal del animal y, en concreto, en su posición habitual el can no ve la zona inferior de nuestro rostro: es decir, la boca de su interlocutor.
«Cualquiera de nosotros puede experimentarlo: pruebe a colocar su nariz dentro de su mano enrollada en forma de puño; eso le permitirá ver el mundo del mismo modo que un perro con hocico», invita Coren, miembro de la Asociación Americana de Psicología. Una vez realizado este intento frente a una persona que habla, no es difícil entender cómo la visibilidad de la cara del que habla se reduce. Pero, ¿qué ocurre si uno ladea su cabeza, igual que haría un perro mientras le hablamos? Entonces, ¡el campo de visión crece y es más difícil perder de vista la boca de quien charla!
Este científico apoya su versión con un experimento, realizado con 582 canes. Sus dueños fueron preguntados acerca de los ladeos de cabeza de sus peludos compañeros. ¿Cuáles fueron los resultados? El 60% de los perros mueve su cabeza de forma habitual cuando las personas les hablamos.
Pero este dato tiene sus matices, en función del tamaño del hocico. Siete de cada diez canes con hocicos grandes (peores para la visión, por su mayor longitud) inclinan su cabeza de manera habitual cuando sus dueños hablan con ellos. Esta es una cifra superior a la de sus compañeros chatos o braquiocefálicos, como el bulldog o bóxer (el 50%). ¿El motivo? Para estos peludos amigos, sin hocico largo, es más sencillo leer nuestros labios sin inclinar tanto la cabeza.