Abogados especialistas en contaminación acústica se unen en una página web para denunciar el creciente problema del ruido en España

Critican la pasividad de las administraciones municipales y la falta de atención que sufren los ciudadanos afectados
Por EROSKI Consumer 7 de diciembre de 2004

Abogados especializados en los procesos judiciales emprendidos por los españoles contra la contaminación acústica han formado un frente común en Internet. Desde la página web «www.juristas-ruidos.org«, letrados de Madrid, Sevilla, Valencia y Barcelona cargan no sólo contra lo que consideran desidia y pasividad de las administraciones municipales a la hora de combatir el problema, sino también contra la falta de atención que sufren los ciudadanos que reclaman y se quejan ante los ayuntamientos.

Desde Sevilla, Joaquín Herrera denuncia que cuando los vecinos que sufren los ruidos de forma «aberrante» acuden a la Administración para reclamar, «lo normal es que se les den largas e incluso se les mire mal y con desconfianza». «Frente a esta aberración, falta de cumplimiento de la legalidad y poca sensibilidad», el abogado pide un «trato administrativamente digno».

El letrado Andrés Morey, por su parte, afirma que en el Ayuntamiento de Valencia «las reclamaciones de los ciudadanos se eternizan, las inspecciones se retrasan, se favorece primero al infractor que a la víctima, no se realizan inspecciones nocturnas salvo insistencia extraordinaria, y la información medioambiental (mediciones de ruido) la tienen antes las entidades u organizaciones de hostelería que los vecinos de la zona en cuestión o sus asociaciones, a quienes parece que se les niega sistemáticamente tal información por miedo a que reivindiquen sus derechos».

Lluís Gallardo analiza el problema en Barcelona. Este abogado explica que, a pesar de los mapas de ruido, que indican que la población sometida a contaminación acústica no es demasiado numerosa, «la realidad es bien distinta». Según Gallardo, el poder público local «mantiene dicha imagen, que es la de decir que cualquier situación de ruido no existe o se encuentra minimizada». Es más, el letrado considera que esta lacra permanece oculta, porque «la pretensión política es la de acallar o desfigurar las quejas por el ruido».

Por último, Jorge Pinedo observa la incidencia de la contaminación acústica en Madrid y se muestra pesimista ante el futuro, a tenor de las políticas municipales aplicadas hasta ahora para atajar el problema. «Llegará un momento en el que algunas zonas serán entregadas al sector terciario, ya que los niveles sonoros ambientales serán tan elevados que no será posible corregirlos y reconducirlos a niveles aceptables», advierte.

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