Aprobado un programa para reducir la contaminación atmosférica, la lluvia ácida y el ozono

España cumplirá así los objetivos de la Directiva sobre Techos Nacionales de Emisión, afirma el Gobierno
Por EROSKI Consumer 27 de julio de 2003

El Consejo de Ministros aprobó el viernes un programa para reducir de manera progresiva la contaminación atmosférica, la lluvia ácida y el aumento de ozono, así como la acidificación del suelo. Concretamente, los contaminantes son el dióxido de azufre (SO2), los óxidos de nitrógeno (NOX), los compuestos orgánicos volátiles (COV) y el amoniaco (NH3).

El Gobierno asegura que con la puesta en marcha de este plan, que se revisará anualmente hasta el año 2006 y a partir de ese año bienalmente, España cumplirá los objetivos establecidos en la Directiva sobre Techos Nacionales de Emisión de Determinados Contaminantes Atmosféricos para proteger el medio ambiente y la salud humana.

En porcentajes, España deberá reducir las emisiones de SO2 en un 49% (714 kilotoneladas); las emisiones de NOX, en un 36% (471 kilotoneladas); las de COV, en un 57% (875 kilotoneladas), y las de NH3, en un 23% (105 kilotoneladas).

La fecha límite para el cumplimiento es el año 2010 y se toman como base las emisiones del año 2000. Estas emisiones contaminantes se generan fundamentalmente en el sector industrial (SO2 y COV y referencia a NOX), energético (SO2 y NOX), transporte (NOX y COV) y agrario (NH3).

En el sector industrial, las medidas que se proponen para reducir las emisiones aparecen fijadas en la Ley de Prevención y Control Integrados de la Contaminación (IPPC), aprobada en julio de 2002, y en el Real Decreto de 2001 para reducir el contenido de azufre de determinados combustibles líquidos. Asimismo, se propone un conjunto de acciones para reducir las emisiones de COV en el uso de disolventes en la industria y para bajar los óxidos de nitrógeno.

En el sector energético, el programa incide en la utilización del gas y las energías renovables, la promoción de la cogeneración y el fomento de la eficiencia energética. Para bajar los niveles de dióxido de azufre en este ámbito, se apuesta por reducir los consumos de combustibles correspondientes a las instalaciones de carbón y fuel; mejorar la eficiencia de las centrales térmicas y mejorar la calidad de los combustibles empleados.

En el sector transporte se sugieren actuaciones como la renovación del parque de automóviles mediante la adquisición de vehículos menos contaminantes, la introducción de los combustibles más limpios, la formación de conductores para lograr pautas de conducción con menor consumo o la aplicación de incentivos tributarios para favorecer un transporte ambientalmente más eficiente.

Finalmente, entre las medidas para limitar la difusión de amoniaco en la agricultura, destacan la racionalización del empleo de fertilizantes y el enterramiento de estiércoles mediante maquinaria para minimizar las emisiones procedentes de los mismos.

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