Las autoridades australianas de Medio Ambiente han anunciado la puesta a punto de un dispositivo para proteger a «Mingaloo», la única ballena jorobada albina conocida en el mundo y que el pasado sábado resultó herida al ser golpeada por una embarcación. En principio tienen previsto colocarle un monitor de radio para seguir sus movimientos.
La decisión fue adoptada después de que un barco colisionara accidentalmente contra la ballena blanca en aguas de Townsville, en el noroeste de Australia. Tras el accidente, comenzó un operativo para buscar a la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), la cual fue hallada con vida ayer en aguas próximas a las Islas Palm.
Sin embargo, el ministro de Medio Ambiente del Estado de Queensland, Dean Wells, manifestó su preocupación por el incierto estado de la ballena albina y la gravedad de sus heridas. «Mingaloo» fue avistada a principios de los 90 en las costas del noreste australiano, cuando realizaba el tradicional viaje migratorio entre las aguas antárticas y subtropicales. Coincidiendo con el accidente, el Gobierno australiano informó ayer de que los santuarios para ballenas en el Pacífico Sur suman ya un área de 13,5 millones de kilómetros cuadrados.
«El incremento de las zonas protegidas para las ballenas obedece a la decisión de Nueva Caledonia de crear un santuario de 1,3 millones de kilómetros cuadrados dentro de su Zona Económica Exclusiva», explicó David Kemp, ministro de Medio Ambiente.
La caza comercial, las redes de los pescadores dedicados a la captura de otras especies, la contaminación de los océanos y el ruido subacuático, son algunos de los peligros a los que se enfrentan las ballenas jorobadas en el Pacífico Sur.