Avispas asiáticas en España, ¿por qué hay que detenerlas?

Este nuevo insecto invasor mata a las abejas de la miel en la mitad norte de la península y se extiende al resto del país
Por Alex Fernández Muerza 28 de enero de 2013
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Imagen: Wikimedia

La avispa asiática se ha convertido en una nueva amenaza para la ya de por sí preocupante situación de las abejas en España. Esta nueva especie invasora saquea las colmenas y mata a sus huéspedes, incapaces de hacerlas frente. Su avance imparable le ha llevado a la mitad norte peninsular y en la próxima década se podría extender por todo el país. Este artículo indica por qué la avispa asiática es una amenaza, explica cómo es y de qué manera destruye a las abejas, y ofrece propuestas para detenerla.

Avispa asiática, ¿por qué es una amenaza?

La abeja melífera es uno de los insectos más importantes para el medio ambiente y el ser humano. En las últimas décadas, diversas amenazas han disminuido su población en todo el mundo. En España se enfrenta ahora a un enemigo más: la avispa asiática (Vespa velutina).

Las avispas asiáticas aniquilan y saquean las colmenas de forma «despiadada y en poco tiempo», según un experto
Luis Pérez Ventosa, presidente de la Fundación Amigos de las Abejas, explica que la vespa velutina se alimenta en su mayor parte de abejas, si bien ataca también a otros insectos y frutas: «Si un nido está cerca de un colmenar, será despiadadamente aniquilado y saqueado en poco tiempo».

En la actualidad, la avispa asiática se extiende por la mitad norte peninsular, según Luis Pérez, aunque en el País Vasco hace más daño, «quizás por el clima, óptimo para ellas, que desarrollan nidos más grandes». Las imágenes y vídeos de sus nidos esféricos, capaces de alcanzar un metro de diámetro, o los estragos causados en las colmenas, son cada vez mayores. Los expertos estiman que colonizarán el resto de la península en los próximos diez años.

En cuanto a su agresividad con los seres humanos, el responsable de la Fundación Amigos de las Abejas señala que no atacan «salvo que las quieras coger o ataques al nido». No obstante, reconoce que hay que protegerse más porque la longitud de su aguijón puede llegar a cuatro milímetros (mm) y su mordedura es muy dolorosa y potente. Los alérgicos a su veneno deben tener especial precaución. En diversas localidades, como San Sebastián, los bomberos han tenido que retirar nidos de zonas urbanas.

Vespa velutina: así es y así destruye a las abejas

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Imagen: CytecK

La avispa asiática tiene el cuerpo casi oscuro, salvo una franja inferior, amarilla, y sus patas, marrones con esquinas amarillas. Las reinas pueden alcanzar los 40 mm y el resto de ejemplares los 30 mm, bastante más que las abejas autóctonas.

La vespa velutina construye su nido en lugares altos con fibras de madera masticada. Su forma suele ser esférica y con una abertura de salida. Cada nido puede albergar unas 2.000 avispas y 150 fundadores que al año siguiente, durante la primavera, crearán al menos seis colmenas.

La abejas autóctonas carecen de estrategias defensivas al no haber tenido contacto previo con ellas. «No ocurre así con la apis cerana, que convive en el mismo lugar y sabe defenderse», según Pérez Ventosa. Como explica este experto, es «un verdadero ejército que cuando ataca elige a las más débiles del colmenar, las debilita y cuando penetra en su interior saquea toda la cría y miel, y mata a la reina y a las abejas nodrizas. Después busca la siguiente». Juan Luis Korkostegi, técnico de la Diputación Foral de Guipúzcoa, asegura que su sola presencia atemoriza a la colmena hasta el punto de que las obreras no se atreven a salir y, al faltarles el alimento, enferman y mueren de debilidad.

La vespa velutina, natural de China, India e Indonesia, se cree que llegó a Europa por el puerto de Burdeos en un cargamento de madera o fruta procedente de China en 2004. El apicultor Juan Pierre Bouguet dio a conocer su presencia en Francia en 2005. De ahí se habría extendido a España por la costa a través del País Vasco. Apicultores de la zona fronteriza del Bidasoa la detectaban en 2010 por primera vez.

Propuestas para detener a las avispas asiáticas

Los expertos señalan diversas estrategias para combatir a la vespa velutina:

  • Conocer bien la especie: es el primer paso para detectarla y actuar de forma eficaz. Luis Pérez pide no confundirla con la Vespa crabro, el popular avispón, de gran parecido. Esta especie autóctona también es un depredador de las abejas, pero con una dieta más variada, que han convivido desde siempre. En países como Alemania y Austria están protegidas. La vespa crabro es un poco mayor que la velutina, tiene unos colores más claros, y su vuelo es más lento y pesado.

  • Utilizar sistemas para eliminarlas: los métodos tradicionales contra las avispas comunes son útiles, pero según el presidente de la Fundación Amigos de las Abejas no son suficientes ante la cada vez mayor invasión. Por ello, si se detecta un nido, conviene eliminarlo lo antes posible o acabará con las colmenas limítrofes. En Francia, que sufren a la avispa asiática desde hace años, han creado diversas estrategias para localizar el nido, como pegar una cinta plateada a la avispa y ver dónde vuelve. Para terminar con el nido, hay que esperar al amanecer o anochecer, cuando están todas dentro, cubrir o al menos cerrar su única entrada, y fumigar. No se recomienda disparar al nido porque las obreras dispersadas pueden volverse fértiles y crear sus propios nidos.
  • Hacer nuevas investigaciones y sistemas: Arturo Goldarazena, entomólogo del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, afirma que la única solución posible sería investigar una «potente feromona sintética» para atraerlas y capturarlas «de forma masiva». Otros proponen sistemas como el de un apicultor japonés que ha creado una aspiradora con la que asegura eliminar 5.000 avispas diarias. En estos dos vídeos se le ve en plena acción.
  • Controlar su entrada: las especies invasoras son una de las mayores amenazas para la biodiversidad. El aumento y mejora de los controles e inspecciones en las vías de entrada de las mismas reduciría el impacto tanto de la vespa velutina como de otras posibles invasoras.
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