A lo largo de los próximos tres años, la Comisión Europea (CE) destinará 48 millones de euros a la puesta en funcionamiento de 200 vehículos destinados al transporte público urbano que funcionan con energías limpias. La iniciativa fue anunciada ayer por el Ejecutivo comunitario, que presentó el resultado del proyecto «Transporte Urbano Limpio para Europa» (CUTE, según sus siglas en inglés).
Así, desde mediados de 2003 un total de 27 autobuses de transporte público han recorrido más de un millón de kilómetros y llevado más de cuatro millones de viajeros en nueve ciudades europeas sin provocar emisiones a la atmósfera ni accidente alguno.
La iniciativa presentada ayer agrupa dos tipos de acción. La primera enviará medio centenar de autobuses de hidrógeno a tres continentes: 34 buses a Ámsterdam, Pekín (China), Barcelona, Londres, Luxemburgo, Madrid, Perth (Australia occidental) y Reykiavik (Islandia), y 14 buses a Berlín. El segundo proyecto, llamado «Zero Regio», pondrá en circulación ocho coches turísticos no contaminantes en la ciudad alemana de Frankfurt y en la región francesa de Mantoue.
El comisario responsable de Energía, Andris Piebalgs, señaló que este proyecto «marca una etapa importante en la historia de las tecnologías energéticas para los transportes limpios y fomenta una nueva generación de sistemas de transporte sostenible». «La cuestión ya no se centra en si esta tecnología funcionará, sino si será competitiva», añadió.
Los autobuses del programa CUTE usan hidrógeno para la combustión, un mecanismo que, mediante una reacción electroquímica del hidrógeno y del oxigeno del aire produce la energía que necesita el motor eléctrico para funcionar, por lo que no emite ningún tipo de sustancia contaminante. Las nueve ciudades que cuentan ya con estos autobuses son Amsterdam, Barcelona, Hamburgo, Londres, Luxemburgo, Madrid, Oporto, Estocolmo y Stuttgart.